Lo de la Selección Chilena ayer en el Monumental ante Estonia, se debe tomar en la justa medida de un partido preparatorio antes de un evento como la Copa América.

El 4-0 con el que finalizó el encuentro invita a creer, como también el juego en el segundo tercio del partido, en donde la escuadra de Claudio Borghi liquidó el partido y exhibió lo mejor de su repertorio, pero tomando en cuenta el rival (que no trajo a sus principales elementos, como el volante Tarmo Kink del Middlesbrough de Inglaterra o a buena parte de la plantilla que disputa la Eliminatoria de la Euro 2012) y la poca exigencia del cotejo desde el punto de vista competitivo, llaman a la mesura.

El arranque del equipo nacional fue “petrolero”, ya que le costó establecerse en el terreno de juego: Matías Fernández no acertaba los pases a sus compañeros, Alexis Sánchez y Humberto Suazo no conseguían conectarse en el área contraria y la construcción del fútbol era poco precisa, aunque la búsqueda de la salida pulcra desde el fondo era constante.

Las piezas terminaron por engranar en el minuto 20 y fueron fundamentales para la enorme factura del segundo tramo del cotejo: Mauricio Isla y un despliegue generoso por la derecha y con muchísima llegada a la raya de fondo, Marco Estrada, copando el centro del campo con buena entrega física, excelente pegada y un mejor estado físico que el exhibido con Universidad de Chile y la ubicación de Waldo Ponce y Pablo Contreras, quienes simplificaron la faena de una defensa que fue poco exigida a lo largo del match.

La sensación que deja lo visto en Macul es la de un equipo que no ha perdido su identidad con el cambio de entrenador, que continúa en su búsqueda insistente de la verticalidad y del espacio para jugar con el compañero (el cuarto gol es una postal de aquello), que sus individualidades potencian al conjunto cuando se encuentran (Fernández, Sánchez y Suazo –aunque algo faltó de feeling en la definición del sanantonino- dieron muestras de alto nivel en jugadas colectivas), pero que necesita ser exigido en su zona defensiva para ver cuántos puntos calza en lo global antes del desafío continental.

Muchas veces el hincha critica cuando la Selección no juega y sus rivales sí (o cuando Chile juega contra rivales de menor cuantía), pero a veces, hay que revisar el saldo al final del día. Y lo del domingo es positivo, sólo falta que al momento de ir por los puntos, no se pierda el crédito avanzado.