Tanto las aerolíneas como los aeropuertos deben lidiar cada año con miles de maletas y otros tipos de equipaje que sus dueños extraviaron o nunca se molestaron en recuperar. Como sabemos, en el Aeropuerto de Santiago, aquellos objetos perdidos se rematan cada cierto tiempo en una subasta pública.

Pero no todos los países tienen las mismas normas. Esto es lo que descubrieron con asombro los pasajeros de un vuelo en Christchurch, Nueva Zelanda, cuyo aeropuerto no encontró mejor forma de deshacerse del equipaje extraviado que simplemente arrojarlo a la basura.

“¿No sería mejor haberlo donado para caridad?”, se pregunta el denunciante.