Largas filas de automóviles se formaron el martes en los principales cruces fronterizos del norte de México, donde el tiempo de espera para entrar a Estados Unidos se duplicó por las estrictas revisiones aduaneras tras la muerte de Osama Bin Laden.

Aunque el gobierno mexicano no ha anunciado medidas extraordinarias en aeropuertos y puertos de entrada al país, mantienen protocolos de seguridad y “contacto cercano con todas las dependencias correspondientes en el ámbito bilateral para poder revisar perfiles de riesgo”, dijo Alejandro Poiré, vocero de seguridad nacional.

En los pasos de Ciudad Juárez, Tijuana y Nuevo Laredo se pudieron observar fuertes congestionamientos con esperas de hasta tres horas.

“Prevemos que endurezcan medidas de seguridad en la frontera tras la muerte Bin Laden, incluso ya desde anoche los cruces son más lentos y no estamos de acuerdo”, dijo a la AFP Enrique Serrano, diputado de Chihuahua (norte), estado en el que se encuentra Ciudad Juárez.

Personal de la oficina de Inmigración y Control de Aduanas y de la Policía de Texas colocaron retenes en la entrada de El Paso para buscar armas, dinero y otro tipo de contrabando.

Del lado mexicano, los militares también mantienen retenes que revisan de manera aleatoria a quienes consideran sospechosos de traer contrabando.

El ejército mexicano reforzó la semana pasada la frontera sur con Guatemala, aumentando en un número no determinado las tropas para combatir al crimen organizado, que utiliza a los países centroamericanos como puente para traficar droga y personas hacia Estados Unidos, pasando por México.