Los vehículos “verdes” son las estrellas del salón del automóvil de Detroit, pero el éxito en las ventas tarda en llegar, al ser su producción más cara que la de los autos de gasolina.

Después del auto Leaf de Nissan, completamente eléctrico, y el híbrido recargable Chevrolet Volt de General Motors, lanzados a fines de 2010, los constructores han multiplicado las presentaciones de nuevos modelos ecológicos.

El japonés Toyota, pionero del auto híbrido, presentó en Detroit tres modelos que completan su gama Prius. También está preparando una versión eléctrica de su 4×4 RAV-4 para 2012, junto con el californiano Tesla, especialista de los coches de lujo eléctricos.

El número dos estadounidense, Ford, presentó también una gama de vehículos compactos, entre ellos el Focus Electric, primer automóvil completamente eléctrico de la marca. Presentó además dos híbridos, el C-MAX Hybrid y el C-MAX Energi, recargable, además del compacto Ford Vertrek.

El chino BYD expuso tres vehículos eléctricos. Sin embargo, retrasó el lanzamiento del E6 en Estados Unidos de este año al próximo.

Chrysler, por su lado, prepara una versión eléctrica de su emblemático Fiat 500, que será lanzado al mercado estadounidense el año próximo.

“Ahora que los precios del carburante siguen subiendo, las familias van a preferir este tipo de productos”, consideró el director general de Ford, Alan Mulally.

Sin embargo, el gran público no parece muy seducido por estos autos ecológicos.

Las ventas de automóviles híbridos cayeron el año pasado un 2,4% en Estados Unidos, y su parte de mercado se limitó a 2,8%, según el gabinete Autodata.

En un estudio publicado a finales de 2010 y titulado “Conducir verde en 2020: más esperanza que realidad”, el gabinete de investigación especializado en el sector J.D. Powers no se presentaba muy optimista sobre la demanda.

“Se espera que las ventas mundiales de vehículos eléctricos híbridos y eléctricos de batería alcancen 5,2 millones de unidades en 2010, apenas 7,3% de los 70,9 millones de vehículos que se prevé hayan sido vendidos ese año en todo el mundo”, escribía el estudio.

Para Mulally, el gusto de los consumidores por los vehículos “verdes” dependerá “de un lado del número de vehículos eléctricos” que los constructores ofrezcan en el mercado, y de otro lado de “la mejora de la tecnología de las baterías”, que deben hacerse más pequeñas, ligeras y baratas.

“La otra cosa es la infraestructura eléctrica, porque debemos ser capaces de hacer operar el vehículo de forma eficiente”, añadió.

“Una de las cuestiones principales es saber si estos vehículos pueden ser competitivos por sí solos, sin subsidios gubernamentales. Confío en que el coste bajará”, estima Dave Cole, presidente del Centro de investigación automovilística, añadiendo no obstante que “hay una tremenda incertidumbre acerca de los precios de la energía”.

“Nuestro punto de vista es que con el tiempo vamos a pagar más cara la energía”, coincidió Mulally.

Para John Mendel, uno de los directivos del japonés Honda en Norteamérica, “la demanda, al menos en el mercado estadounidense, está muy ligada a los precios del carburante. Cuando alcanza 3 ó 4 dólares por galón, la gente tiende a optar por los híbridos”.

Los directivos de los constructores apuntan también que los vehículos eléctricos no son la panacea. “Es poco probable que (estos autos) ocupen una gran parte de nuestro portafolio” de productos, observó Sergio Marchionne, presidente de Fiat y Chrysler.