Los científicos explican el terremoto en la isla de Sumatra por los movimientos de las placas tectónicas, aunque para otros en Indonesia, un país muy religioso y dado a las supersticiones, el fenómeno es sobre todo un “castigo divino”.

Fuente: Agencia AFP

“Ocurrió porque muchos jóvenes en Padang pecan, en particular durante el ramadán” (el mes de ayuno religioso musulmán), afirmó Yasrizat, de 36 años, interrogado en las inmediaciones de esta ciudad portuaria que fue la más afectada por el terremoto del miércoles.

“En la playa se dedican a pecar. Dios nos castigó con este sismo”, explicó este obrero.

Romi, de 40 años, que participa en las actividades de socorro, piensa que los hoteles que se desplomaron fueron castigados por ciertas “actividades inmorales”.

“¡Alá está encolerizado!”, exclamó. “Necesitamos construcciones sólidas, pero si las actividades pecaminosas continúan en los hoteles habrá otros terremotos. Que Alá nos proteja”, agregó.

No todos comparten este punto de vista, pero en Indonesia, donde las grandes religiones están muy presentes, sobre todo el islam, son muchos los que pueden dejarse convencer por estas afirmaciones.

Después del terremoto, la prensa recogió declaraciones sobre símbolos divinos aparecidos en las nubes, como el de un sol en forma de anillo rodeado de un arcoiris y con el nombre de Dios escrito en caligrafía árabe.

Ni siquiera el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono se salvó de estas especulaciones y algunos lo designan como un “pájaro de mal agüero”, pues, desde que llegó al poder en 2004, el país ha estado constantemente afectado por catástrofes naturales o provocados por el hombre.

Incluso, para sus detractores, sus iniciales SBY significan “Selalu Bencana Ya”, que quiere decir “siempre un desastre”.

“SBY, debido a su fecha de nacimiento, atraería las catástrofes hacia su país, según el Primbon” (un almanaque javanés), afirmó Permadi, un viejo político del partido de oposición Gerindra, que practica el chamanismo.

“No hay más que fijarse en su fecha de nacimiento, el 9 del 9 de 1949 (9 de septiembre de 1949), un número que trae mala suerte. Mientras más tiempo esté en el poder, más habrá desgracias”, agregó.

Susilo Bambang Yudhoyono, que fue triunfalmente reelegido en julio para un nuevo mandato de cinco años, ironiza sobre esas supersticiones.

“El magma no se mueve porque SBY es presidente. Es malintencionado vincular esto al hecho que yo sea presidente”, declaró, citado por la agencia Antara.

Para el analista político Bima Arya Sugiarto, si bien algunos pueden intentar por oportunismo político utilizar esta arma espiritual para atacar al mandatario, la creencia religiosa de numerosos indonesios, por el contrario, puede ser útil a SBY.

Según este analista, en lugar de criticar al gobierno por la falta de medios de socorro o las construcciones de mala calidad, el público se resigna a un cierto fatalismo.

“Esta visión mística o religiosa es más fuerte que la crítica pública de las políticas gubernamentales”, destacó.

En un editorial, el cotidiano Jakarta Post estimaba este domingo que, cualquiera sean estas creencias, se trata sobre todo de un llamado a las élites de un país dotado de numerosos recursos naturales pero que sigue sumido en la pobreza y sometido a la corrupción.

“Más allá de que el terremoto sea o no un mensaje de ira de los dioses, el elevado número de víctimas y los enormes daños deberían incitar al país a cambiar seriamente sus métodos”, afirmó el analista.