Es sacerdote católico polaco Krzysztof Charamsa se ha transformado en una verdadera “piedra en el zapato” para la Iglesia. El pasado 4 de octubre se declaró abiertamente gay e incluso presentó públicamente a su pareja, ganándose el repudio de gran parte de la Institución.

“Quiero que la iglesia y mi comunidad sepan quién soy: un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de su identidad. Estoy dispuesto a pagar las consecuencias, pero es hora de que la Iglesia abra sus ojos a los creyentes homosexuales y entienda que la solución que les ofrece la abstinencia total de la vida del amor, es inhumana”, dijo ese día, según consignó la cadena británica BBC.

Aunque él sabe que tiene los días contados como cura, este hombre de 43 años está aprovechando su último periodo dentro del organismo católico para sacar la voz contra la homofobia, a su juicio injustificada, que todavía persiste en la Iglesia.

“La posición de la Iglesia podría justificarse de alguna manera en el siglo XIX, pero no dos siglos después, con estudios sobre la homosexualidad”, expresó Charamsa en una entrevista con la revista española PlayGround.

Este polaco, que lleva 18 años siendo sacerdote y es miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue castigado por el Vaticano tras sus dichos, siendo sacado de los cargos que ejercía: secretario de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano y profesor de Teología en la Universidad Pontificia Gregoriana y en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum en Roma. Pese a todo a él le gustaría seguir siendo párroco, pero sabe que dentro de poco tendrá que dejar este puesto también.

“A mí me gustaría (continuar como sacerdote), pero es cuestión de tiempo que mi obispo me quite la licencia para confesar o para celebrar misa”, dijo a la revista española.

Charamsa y su pareja

Charamsa y su pareja

Saliendo del closet con bombos y platillos

“Le he dicho a mi Iglesia que soy gay, cura gay y que soy feliz y estoy orgulloso de serlo. Libre de cualquier complejo y de cualquier sentido de culpa que muchas veces los curas vivimos cuando descubrimos que somos homosexuales… Vivimos en un complejo continuo”, dijo Charamsa a PlayGround, explicando que hizo público el asunto porque está cansado de la homofobia que la Institución promueve y sataniza.

“Yo lo hice público por dos razones: primero, como una forma de protesta contra la Iglesia, como una llamada de atención para decirles que no pueden continuar de esta manera, ofendiendo a las minorías sexuales. Y también por esto lo hice público justo antes del Sínodo, que oficialmente debería ocuparse de todas las familias. Las familias no son solamente heterosexuales. Las familias se forman de diversas maneras y este Sínodo debería darse cuenta de la realidad que hay”, enfatizó.

Además, él está convencido que el acto de reconocerse gay no puede ser silencioso. “Un gay no puede salir del armario completamente si no es haciendo mucho ruido. Yo pienso que muchos curas, cuando han vivido este conflicto con la Iglesia, se dicen que tienen que proteger su vida porque si no la Iglesia los mata psicológicamente”

“La respuesta de la Iglesia cuando descubre que un cura es homosexual es obligarle a ir a curarse a un centro médico fundamentalista. Pienso que muchos curas que han salido de la Iglesia para vivir en tranquilidad y en paz su homosexualidad lo han hecho en silencio, pero siguen viviendo una tortura. Eso le gusta mucho al Vaticano, que yo lo hubiera hecho de esta manera”, añadió.

“Pero esto solo perpetúa el complejo de culpa. Es seguir en un ‘semiarmario’. Te quedas con todos los problemas que tenías dentro del armario, con baja autoestima como yo la viví”, enfatizó.

Charamsa también dijo estar consciente de que la Iglesia intentará calumniarlo y quitar valor a sus palabras, sin embargo, eso no le preocupa demasiado. “Me siento libre y quiero que la Iglesia sepa que hay uno que se ha levantado y ha dicho que ya no tienen más derecho de destruir las vidas de las personas de este siglo, que son normales como todas las otras personas. No quiero ser un fugitivo que huye de la cárcel para esconderse de nuevo”, comentó.

El calvario de Krzysztof

En conversación con PlayGround, Krzysztof dijo que la pasó muy mal durante los años en que tuvo que ocultarse. “Lo que yo he vivido es un horrible conflicto, una presión inhumana que incluso calificaría de diabólica. Lo digo con toda la conciencia. Es una confusión diabólica que la Iglesia pone en los corazones de personas respecto a las minorías sexuales. Porque la posición de la Iglesia podría justificarse de alguna manera en el siglo XIX, pero no dos siglos después, con estudios sobre la homosexualidad”, manifestó.

Él cree que este pensamiento tan retrógrado es algo “que no se puede perdonar”, y por lo mismo, está convencido de que en el futuro la Iglesia deberá pedir perdón, pero cuando lo haga él no estará dispuesto a aceptar esas disculpas.

“Deben convertirse y sufrir por su posición paranoica e irracional. Por su capacidad de destruir la vida de las personas, su ignorancia al sufrimiento, porque los homosexuales no somos maníacos del sexo como muchos en la Iglesia sí lo son”, aseguró.

Charamsa confesó que liberarse de los complejos fue un proceso largo y complejo.

“Fue doloroso, porque vengo de Polonia, que es un país de profunda homofobia, en una situación inaceptable respecto a las minorías sexuales. Vengo de una familia católica, que es una familia fantástica y que me ha apoyado de una manera increíble haciendo ella misma su proceso de comprensión de la realidad”, expresó.

“Este mismo proceso que hemos hecho yo y mi familia es lo que debería confrontarse con una imposición enfermiza y paranoica de la Iglesia, que tiene miedo y odio a personas homosexuales, transexuales, bisexuales, intersexuales”, indicó, agregando que si bien la Iglesia realmente reconoce que pueda haber personas homosexuales “las trata de enfermos y les niega el derecho a vivir la vida en coherencia con uno mismo”.

Charamsa, también es muy crítico con la Institución por otros temas como el machismo y la pedofilia. “La Iglesia es una sociedad de hombres con propios intereses, que se protegen entre ellos y que luchan entre ellos por el poder. La Iglesia es una sociedad machista, en la cual al final… se protegen unos a otros. Este era el problema de la pedofilia: la proteccion institucionalizada de unos miembros a otros con constantes razones por el bien de la imagen de la Iglesia”, dijo sin pelos en la lengua, añadiendo que dentro del organismo las mujeres son consideradas seres inferiores.

“Los gays son vistos como mujeres dentro de la Iglesia, como afeminados”, y por lo mismo, se les discrimina aún más.

Pero, ¿por qué Charamsa se hizo sacerdote conociendo las reglas de la Iglesia? “Porque yo sabía que era homosexual pero luchaba contra mi homosexualidad. Yo no quería ser gay. Me castigaba, rezaba a Dios que quitara esa parte de mí y estaba convencido de que la Iglesia tenía razón”, explicó.

El párroco reveló que desde pequeño creció pensando que ser homosexual era algo sucio. “Lo veía como algo conectado con un lobby, con un grupo que quiere gobernar el mundo y cambiar el sexo a todos y que quiere matar a todas las familias y violentar a los niños. Esto es otra falsedad que la Iglesia difunde de manera vergonzosa y criminal”.

Pese a todo, Charamsa está convencido que se puede vivir la fe cristiana y ser gay, pero sabe que la enseñanza actual de la Iglesia Católica -que considera “inhumana” en este sentido- aparta a los homosexuales que creen en Dios.

“La enseñanza de la Iglesia sobre los homosexuales es intolerable, y una persona homosexual sana no puede aceptarla, por su bien, por su salud mental pero también por su fe”, indica, sin embargo, aclaró que “la fe en Dios es una cosa personal que debe, en conciencia, verificar y juzgar ciertas enseñanzas de la Iglesia”.

Cabe destacar que los dichos de Krzysztof han sido condenadas por el Vaticano. De hecho, el vocero Federico Lombardi señaló que las palabras de él eran “irresponsables” y “graves”.