Una de las tragedias más recordadas en la capital por culpa de los temporales es el aluvión ocurrido en la quebrada de Macul en mayo de 1993, hecho que dejó 26 fallecidos y más de 32 mil damnificados.

Por esta razón, se construyeron piscinas para decantar el cauce de agua y los sedimentos, para así evitar que se repita una situación de similares características.

El intendente Claudio Orrego visitó el lugar y comentó en conversación con Expreso Bío Bío que el sistema de piscinas está funcionando bien, pese a que el caudal es más alto que lo normal.

Por ahora se descarta el riesgo de deslizamientos de barro y agua.