El japonés Sakari Momoi, que ostentaba oficialmente desde el pasado verano el título de decano de la humanidad, falleció a la edad de 112 años, indicaron este martes las autoridades de Saitama, al norte de Tokio, donde vivió muchos años.

Momoi falleció el domingo como consecuencia de una insuficiencia renal, en un centro de la capital, indicó a la AFP un responsable municipal.

“Su familia nos había dicho que su salud se había degradado hace una o dos semanas”, añadió este responsable.

Nacido el 5 de febrero de 1903 en Minamisoma, prefectura de Fukushima, Momoi fue director de instituto, apasionado por la lectura, sobre todo de poesía china, y aficionado la sumo.

Contrajo matrimonio en 1928 y tuvo cinco hijos.

Cuando recibió en agosto de 2014 el certificado del Guinness de los récords, elegantemente vestido con traje negro y corbata plateada, expresó con voz débil sus ganas de vivir dos años más.

La esperanza de vida de los hombres japoneses ha superado por primera vez en 2013 el umbral de los 80 años (80,21 años), mientras que las mujeres niponas baten el récord mundial de longevidad (86,61 años).

Alrededor de una cuarta parte de la población de Japón tiene 65 años y más, una proporción que debería alcanzar el 40% de aquí a 2060.

En septiembre pasado estaban repertoriados cerca de 59.000 centenarios en Japón, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Sanidad. Un 87% son mujeres.

Japón ha perdido en primavera a su decana de la humanidad. La actual es una estadounidense, Susannah Mushatt Jones. Nacida el 6 de julio de 1899 en Alabama (sur), celebró el lunes sus 116 años en Nueva York.

El récord de longevidad probado oficialmente lo sigue ostentado la francesa Jeanne Calment, fallecida en 1997 a los 122 años y 164 días.