La Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala lamentó este viernes la “salida forzoza” de un grupo de judíos ortdoxos de un pueblo indígena al oeste del país por supuesta discriminación y pidió investigar el caso.

La Procuraduría “solicita a las autoridades competentes su pronta investigación”, además lamenta que esa comunidad “se haya visto forzada a abandonar su domicilio”, indicó la entidad humanitaria en un comunicado.

Un grupo de 230 judíos ortodoxos abandonaron el jueves el poblado maya de San Juan La Laguna, unos 200 km al oeste de la capital, tras ser expulsados por el choque de culturas y religiones con los indígenas locales.

Ante ello, la institución humanitaria considera que ninguna persona, autoridad, grupo y comunidad “tiene derecho ni está autorizada para fijar plazo a personas o grupos extranjeros para que salgan de alguna área del territorio” guatemalteco.

“Bajo ninguna justificación, sea esta religiosa, política, ética o moral, persona alguna puede arrogarse el derecho de formular amenazas y expulsar extranjeros del territorio guatemalteco o decidir sobre su desplazamiento”, asevera.

La entidad califica como humillante y discriminatoria la actitud de los pobladores, por lo que insta a “evitar sobre todo la discriminación e invitar a la armonía y convivencia pacífica entre todos los pueblos”.

Lugareños afirman que los judíos no corresponden al saludo de los vecinos, les tiran los productos en los mercados si no les gusta el precio y en algunas ocasiones no han respetado la costumbre de velar a los muertos.

También de bañarse desnudos en la playa pública del paradisíaco lago de Atitlán, que bordea el pueblo, y ahuyentar a los turistas.

La Procuraduría afirma que nadie en Guatemala puede ser discriminado ni maltratado “por vestirse de negro, tener muchos hijos y no responder a un saludo”.

“Además de incitar al odio y a la violencia y con ello causar daño, estas expresiones constituyen actos prohibidos por la ley y sus autores pueden ser perseguidos penalmente”, advierte la nota.

La comunidad judía se asentó hace seis años en ese poblado con unas 230 personas, la mitad menores de edad. La mayoría son ciudadanos de Estados Unidos, Israel, Reino Unido y Rusia, y unos 40 son guatemaltecos.

Sin embargo, desde octubre del año pasado los pobladores de la localidad empezaron a molestarse con la presencia de los judíos al considerar que atentan contra las costumbres mayas.