La ciclista Irene Aravena no lo está pasando bien. Aún en período de recuperación tras su grave accidente en los Juegos Suramericanos Santiago 2014, ahora la deportista enfrenta también una acusación de dopaje en la antesala del citado evento.

Recordemos que a principios de semana trascendió que Aravena había dado “no positivo” en un control tomado por la Comisión Nacional Antidopaje, durante la realización del proceso selectivo por parte de la Federación de Ciclismo.

En relación a lo mismo, se conoció que la ciclista arriesga hasta dos años de suspensión de ratificarse la muestra que fue analizada en los laboratorios de launiversidad UCLA, en California, Estados Unidos.

Si bien la deportista no ha querido ahondar en el tema, en declaraciones a Diario El Mercurio afirmó que pedirá la contramuestra, añadiendo que su presente “es un verdadero calvario”.

“Anímicamente estoy destruida. Arruinada. Si me querían sacar del ciclismo, lo están logrando”, aseguró Aravena.

Y es que según reveló la representante chilena en los Odesur, durante el proceso de su acusación “todo ha sido muy raro. No sé qué esperar”.

Eso sí, al momento de realizar un análisis mayor aseveró que “mejor no quiero hablar. Harto tengo con el accidente, la pierna, la rodilla. Todo esto es muy duro”.

El tema es que en el entorno de Aravena dudan del supuesto dopaje, pues dicen que “es raro que se tomaran más de 10 muestras y solo llegara la de Irene, justo cuando hay un litigio con la Unión Ciclista Internacional. Da para pensar”, explicó una fuente al medio antes citado.

Finalmente, la deportista expresó que “la mafia es grande”, aunque no quiso indicar el destinatario de sus palabras.