Una muestra de arte precolombino organizada en China, sortear dos crisis económicas mundiales, y recibir el determinante y millonario aporte de Minera Escondida, junto con el apoyo del Legado Bicentenario y la Municipalidad de Santiago, son parte de la trama que en los hechos a provocado el sueño de cualquier director de museo: contar con uno de los mejores recintos dedicados al arte antes de la llegada de Colón. En pleno centro de la ciudad de Santiago, Carlos Aldunate, Arqueólogo y Abogado, director del museo Chileno de Arte Precolombino, nos entrega detalles de esta historia.

En el tercer piso se ubican las dependencias administrativas del museo de arte Chileno Precolombino, y al final de su corredor, la oficina de Carlos Aldunate, quien en una amena charla de más de una hora, nos da cuenta de cómo se gestó una de las alianzas más fructíferas en Cultura en el país en las últimas décadas, entre la empresa privada y el Estado, que ha dado origen a la reinauguración del tradicional museo de calle Bandera esquina Compañía, que recopila la vida y obra de las poblaciones indígenas que se desarrollaron en nuestro actual territorio, antes de la llegada de los españoles.

Minera Escondida, un aporte capital

Estando en China con una muestra de arte precolombino en la ciudad de Pekín, allá por el año 2006, nace la idea de minera Escondida, operada por BHP Billiton, de tener un nuevo museo de arte Chileno Precolombino. “La gente de Escondida, con la que tenemos una estrecha y larga relación, ya de más de 15 años, me preguntó estando en China, porque esa muestra, inaugurada por la propia presidente Bachelet, no la habían visto antes en Chile. Ahí les señale que no la habían visto, ya que solamente tenemos en exhibición no más del 10% de lo que poseemos. Es entonces que ahí ellos nos proponen, a propósito del Bicentenario, que hagamos un proyecto para tener un nuevo museo”, puntualiza Aldunate. De lo anterior y del atraso del proyecto del nuevo museo por las crisis financieras mundiales en EE.UU. y Europa, nos cuenta su director:

El aporte de Minera Escondida alcanzó los 17 millones de dólares. Pero a ellos también les interesaba la sustentabilidad del proyecto en el tiempo. Es aquí que también el apoyo del Legado Bicentenario por parte del Ministerio de Cultura y de la propia Municipalidad de Santiago, fueron esenciales para poder mantener este nuevo museo.


Proyecto ingenieril “aventurado” y sorpresas en la construcción.

En más de 1500 metros cuadrados, es lo que ha crecido el nuevo museo de arte Chileno Precolombino, proceso que no estuvo exento de sorpresas en la construcción de las nuevas y modernas salas que albergarán las distintas colecciones, salas que alcanzan los 400 metros cuadrados de espacio para los visitantes. De esto nos entrega detalles Carlos Aldunate:

El terreno del museo es uno de los pocos en Santiago que no ha sido removido hasta ahora. En el lugar se encontraron las ocupaciones previas que correspondieron a los jesuitas. También se encontraron las fundiciones que fueron potentes muros de ladrillos pegados con cal y canto. Antes de eso, fue un basural que correspondió al terreno perteneciente al primer corregidor que tuvo Santiago: José de la Cueva, quién llegó junto con Pedro de Valdivia. Más abajo de ese basural se encontró otro, ésta vez Incaico, con una muy especial cerámica, incaica Imperial, proveniente del Cuzco, que no es lo que habitualmente se encuentra en esta zona y que es una mezcla entre lo Diaguita e Inca.
El territorio del actual Santiago, fue un gran centro administrativo incaico, es por ello que Pedro de Valdivia se establece aquí y no en otra parte. De esto y de lo que significa ser Señor en el siglo XVI nos relata Aldunate:

Próxima entrega informativa sobre el museo de Arte Chileno Precolombino, dará cuenta de los detalles de la muestra que inaugurará el 10 de enero el nuevo museo: “Chile, Antes de Chile”