El gobierno uruguayo ratificó el miércoles el permiso de incremento de la producción otorgado a una planta de celulosa, cuestionado por Argentina, en un duro mensaje en el que acusó a su vecino de prejuzgar y obstaculizar las negociaciones sobre el tema.

“Uruguay ha actuado en todo momento conforme a sus obligaciones internacionales, particularmente las contraídas a través del Estatuto del Río Uruguay, y ha procedido en forma respetuosa con la Sentencia de la Corte Internacional de Justicia de abril de 2010 en el caso de las papeleras sobre el Río Uruguay”, aseguró el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, en una nota a su par argentino, Héctor Timerman, y difundida por la Cancillería uruguaya.

La nota, entregada al mediodía del miércoles al embajador argentino en Uruguay, Dante Dovena, responde la enviada el martes por Timerman, en la que éste reclamó a Uruguay que rectifique de “inmediato” la autorización a la pastera UPM (ex Botnia) para que aumente su producción en la planta, ubicada en la costa uruguaya del fronterizo río Uruguay, y sostuvo que en caso contrario acudirá a la Corte de La Haya (CIJ).

Argentina, que considera la planta contaminante, asegura que la decisión uruguaya de autorizar el incremento de producción de la planta constituye una ruptura unilateral del mecanismo de información y consultas previas del Estatuto del Río Uruguay (1975).

En la respuesta de Almagro, éste sostiene que “Uruguay no ha roto unilateralmente el diálogo” y enumera las distintas instancias en las que brindó información solicitada por Argentina, que sin embargo “continuó realizando sucesivos pedidos de información cuyo efecto no fue otro que el de obstaculizar el transcurso de los plazos previstos” en las normas.

La nota enfatiza además que “los resultados de los análisis del monitoreo conjunto, que son los mismos con los que cuentan ambos países, demuestran sin ambigüedades que la Planta Orión de UPM no contamina”.

Finalmente, el canciller “reitera su disposición a continuar las negociaciones para alcanzar un nuevo marco normativo” en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU, integrada por los dos países).

“No tiene que haber revisión”

La cuestionada planta, en funcionamiento desde 2007, ha sido centro desde su construcción de un prolongado conflicto con el país vecino que tuvo su punto más alto en el bloqueo durante casi cuatro años por parte de manifestantes argentinos de un puente fronterizo, en protesta contra la pastera.

Buenos Aires llevó el caso a la CIJ, que en 2010 respaldó la posición uruguaya de que la planta no contaminaba pero ordenó un monitoreo regular para observar el impacto en el río.

Pese a que ambos países crearon una comisión científica para monitorear el río, incluyendo la desembocadura del argentino río Gualeguaychú, donde hay otras pasteras, sus informes nunca fueron difundidos por falta de acuerdo entre los países.

La decisión uruguaya de habilitar un incremento de la producción de la planta de 1,1 a 1,2 millones de toneladas anuales reavivó la tensión: las autoridades argentinas difundieron informes sobre la contaminación del río mientras que del lado uruguayo se rebatieron esos datos y aseguraron que los vertidos de la planta están dentro de los límites de la normativa uruguaya.

La resolución uruguaya “está dentro del marco normativo y por lo tanto no tiene que haber revisión” de la autorización, enfatizó este miércoles el vicecanciller Luis Porto.

La cancillería uruguaya “llevó una propuesta para zanjar las diferencias que hay en la interpretación del digesto para la publicación de los resultados y nosotros no hemos obtenido respuesta a esa propuesta”, añadió Porto, en declaraciones a periodistas.

El viceministro sostuvo que a la nota a Timerman se adjuntó el documento con los resultados del monitoreo conjunto, según la interpretación de los científicos uruguayos, y confió en que tras este mensaje Buenos Aires no acuda a La Haya y busque “una nueva instancia de acercamiento”.

Ir al tribunal internacional “es una cuestión de Argentina”, agregó, destacando que para un país chico como Uruguay el diálogo y la defensa del derecho internacional son sus principales defensas.

“Nosotros estamos siempre abiertos al diálogo y si alguien decide recurrir al derecho internacional nosotros estamos tranquilos que actuamos ajustados a derecho, porque es nuestro principal escudo”, subrayó.