Los vendedores ambulantes que llevan años trabajando en las cercanías del terminal de buses de Puerto Montt señalaron que la Municipalidad no los consideró al elegir los beneficiarios que recibieron carros de venta de comida rápida y solicitan que se les de una solución.

La entrega de carros para vender comida rápida que hizo la municipalidad junto a empresas privadas no fue bien vista por las personas que llevan años trabajando en las cercanías del terminal de buses y que actualmente no cuentan con permisos ni de la municipalidad ni de la autoridad sanitaria, a pesar de haberlos solicitado en reiteradas ocasiones.

Uno de estos casos es Jovita Inostroza, quien lleva diez años vendiendo sandwich y repostería afuera de terminal de buses, y ha solicitado que le den un permiso para trabajar, sin embargo siempre recibe como respuesta que no se otorgarán más permisos ya que la idea es eliminar los carros, por lo que quedó sorprendida cuando se hizo la entrega de puestos de venta móviles.

Jovita agregó que nunca se acercó alguien de la municipalidad a solicitarle sus datos o consultarle si quería inscribirse en esta iniciativa de los carros de comida rápida para poder trabajar con la autorización correspondiente.

En tanto, Sandra Lizama, quien hace seis años trabaja en un puesto de sopaipillas en la Plaza Chiloé, frente al terminal de Buses, se inscribió en esta iniciativa, viéndolo como un manera de trabajar tranquila y contar con los permisos necesarios, sin embargo no fue beneficiaria, a pesar de llevar años trabajando como ambulante.

La dos mujeres coincidieron en que se sienten ignoradas por parte de la municipalidad ya que nunca se les ha dado una solución a pesar de llevar años trabajando en la calle y además ahora los carros de comida rápida fueron situados precisamente al lado de donde ellos hace años venden sus productos, señalando que esto los perjudica aún más.