Los padres de un niño de 7 años que padece hiperactividad acusan que al interior del Colegio Centinela de Talcahuano, donde estudia el menor, lo están medicando sin autorización. Los progenitores temen por los efectos que esos remedios podrían causar a la salud del pequeño.

Angelina y Manuel sienten que los derechos de su hijo han sido vulnerados por el colegio Centinela, ubicado en los cerros del puerto, donde éste cursa primero básico.

Sufre de hiperactividad, trastorno generalizado del desarrollo y colalia, por lo que estuvo en tratamiento regular hasta antes del terremoto, tras lo cual, admitió la madre, quedó sin supervisión médica permanente.

Angelina González aseveró que desde semanas nota que su hijo llega de clases adormecido y que, en los últimos días, una encargada de la UTP del colegio le confesó que lo medicaban con rinpiridona para calmarlo un poco.

El padre, Manuel Díaz, calificó la situación como grave porque nadie que no sea médico puede diagnosticar medicamentos, menos a un niño, y se preguntó cómo funcionarios del establecimiento adquieren los remedios.

También rechazó la propuesta del Colegio Centinela de cambiarlo a otro recinto educacional.

Los padres agregaron que el niño, por sus características, no habla sobre el tema sin responder si en clases lo han medicado.

La madre dijo que denunció el hecho a la Dirección de Educación Municipal de Talcahuano, que le habría confirmado la situación luego de pedir antecedentes el colegio.

Asimismo, se gestionó el retorno del niño a un tratamiento en el hospital Las Higueras.