El Papa Benedicto XVI recibió el pasado miércoles un huevo gigante de chocolate de dos metros de altura y de 250 kilos de peso, con ocasión del Domingo Santo o Domingo de Pascua, según publicó AFP.

Si bien no pasó más allá de ser un asunto anecdótico, no deja de ser un indicador de cuánto están dispuestas a transar algunas religiones con tal de lograr mayor sintonía con la gente.

Desde hace años que las religiones tradicionales han experimentado un fenómeno que se le denomina sincretismo, que dice relación con la mezcla de las doctrinas y dogmas nuevas con otras ya existentes, con el fin de abarcar un espectro mayor de seguidores, o de congregarlos bajo un mismo alero.

Esta especie de fusión ha sido llevada a cabo desde hace siglos por la Iglesia Católica principalmente, sobre todo en el proceso de descubrimiento y conquista de América, en el afán de convertir a los nativos a la fe cristiana.

Es por ello que se encuentran fiestas paganas, como La Tirana en el norte de nuestro país, en donde se entrelaza el mito de Ñusta Huillac, con la virgen de Andacollo.

En ese sentido, no debiera extrañar el “dulce” regalo que recibió el Papa, aunque a mi juicio este episodio responde más que nada al merchandising desatado en este feriado largo, más que mezclar la semana santa con el conejo de pascua, cuyo origen (para variar) también está vinculado a una fiesta pagana de origen germana, en honor a la reina Eostre.

El famoso animalito de orejas largas y sus huevos de chocolate, poco a poco ha ido eclipsando el recordatorio de Jesús, con su muerte y resurrección, que provoca mayor recogimiento espiritual incluso que en su nacimiento celebrado en diciembre, en donde ha pasado a un segundo plano ante la arremetida del Viejo Pascuero.

A mi juicio, esto último no tiene que ver con que nuestra sociedad esté renegando del cristianismo, pues según datos del INE, en Chile hay cerca de un 70% de personas que se declaran católicos, el 15,1% evangélico; el 4,4% se identificó con otra religión o
credo, y el 8,3% dijo no tener religión, ser ateo o agnóstico, cifras que no debiera variar significativamente en el Censo 2012.

En ese sentido, creo que el principal factor que ha dado fama al mentado conejo, se debe fundamentalmente al merchandising que rodea este feriado, y que explica el lleno total en cines, centros comerciales y locales de comida rápida, como si no existieran otros lugares para compartir en familia durante estos días de asueto.

Merchandising que tiene a actrices y periodistas alentando a la gente a endeudarse comprando cosas que no necesita realmente, y que es capaz de tener a fin de año al Papa recibiendo la visita de Santa Claus, porque así como vamos, no sería de extrañar verlos juntos en un balcón del Vaticano.