Mucho se ha hablado de los problemas en el paseo semipeatonal de calle Colón. Otro tanto se ha dicho de las faenas de estacionamientos subterráneos, cuyo inicio de obras aún se desconoce. En la radio, nos dimos a la tarea de revisar el contrato, compararlo con lo de otras ciudades y ver qué tan buen negocio es.

Los resultados son sorprendentes…

Escucha la crónica completa aquí:

El alcalde de Los Ángeles, de la época, Joel Rosales y la totalidad de los concejales se congratulaban el 16 de junio de 2008 tras un acuerdo unánime aprobaron concesionar un Sistema de Parquímetros, con aparcaderos de superficie y de subterráneos y la construcción de un paseo semi peatonal, todo en manos la empresa ECM Ingeniería, con experiencia similar en 20 ciudades.

Todos destacaban la importancia del proyecto para la ciudad, calificándolo como una de las decisiones más importantes de las últimas décadas. A nadie pareció importarle que la concesión durara 35 años ni que se recibieran apenas 9 millones de pesos mensuales, con un tope máximo de 13 millones.

La concesionaria empezó a cobrar en junio de 2009 mientras que el paseo semipeatonal de calle Colón, la principal arteria de la ciudad, se sumergió en el marasmo de los estudios y los trámites, reflotando recién en agosto de 2010 cuando se iniciaron las esperadas obras.

Ahí comenzó el escándalo por las persistentes demoras, obras no hechas y una enorme cantidad de problemas. De hecho, hasta ahora –un año y medio después– el proyecto no se termina porque aún no se pone todo el cableado subterráneo.

La polémica continuó con las obras preliminares de los estacionamientos subterráneos en la Plaza de Armas. Miles de firmas en contra se han recopilado -que no se concilian con las pequeñas manifestaciones de rechazo- mientras la Contraloría se llena de peticiones de fiscalizaciones a la concesión, a la obra. En fin.

Pero ¿qué dice el contrato? ¿cuánto gana el municipio con la concesión? ¿Realmente gana dinero?

Hemos revisado las bases y el contrato entre el municipio de Los Ángeles y ECM Ingeniería, comparamos los ingresos actuales con los que pagaba la concesionaria anterior. Comparamos cuánto paga ECM a otros municipios con los cuales tiene la concesión de parquímetros, algunos también con estacionamientos subterráneos. Vía Ley de Transparencia, pedimos toda la información respectiva de las corporaciones edilicias de Viña del Mar, de Talca y de la vecina ciudad de Chillán.

Los resultados son sorprendentes.

En lo que hay consenso en Los Ángeles es que la ciudad ha crecido en las últimas décadas. Y mucho de 140 mil habitantes a principios de los 90, ahora se estima que la cifra llega a los 200 mil. Consecuente con el crecimiento demográfico. También se disparó el parque automotriz, reflejado en los tacos y las calles siempre congestionadas.

Antecedentes revelan que la capital provincial tiene un vehículo cada cinco habitantes, cifra que sigue en constante crecimiento.

Lo primero es lo primero. Por si usted no lo sabe, ahora ECM paga $9 millones mensuales al municipio angelino por usar los mil 96 cupos de parquímetros. Monto que se incrementa en un millón y medio más cuando funcione el estacionamiento subterráneo, al que debe sumarse un monto similar cuando se construya el otro bajo tierra, esta vez en calle Tucapel.

Según consta en los análisis de la corporación, antes que asumiera ECM Ingeniería, la anterior empresa concesionaria pagaba $13 millones 700 mil mensuales por los parquímetros, ligeramente superior a lo que se paga ahora.

Y varios detalles a considerar. En ese tiempo, los cobros eran de 10 a 7 y media de la tarde y los sábados, de 10 a 2 de la tarde. ¿Se acuerda? Ahora dicho tiempo subió y de lunes a sábado se cobra entre 9 de 8 de la noche. Bastante más tiempo que antes.

Ah, y por muchos cupos menos. Casi la mitad menos. Antes eran sólo 592, ahora son mil 97 actuales. Es decir, por menos cupos y menos tiempo, se pagaba incluso más que lo que se cancela ahora cuando el parque automotriz sigue y sigue subiendo.

Y otro hecho es que antes se cobraba proporcional, o sea, estaba 23 minutos y le cobraban 23 minutos. Ahora, si usted está 12 minutos, le cobran como si fuera media hora. Si pasa a 35 minutos, le cobran una hora completa. O sea, recaudan harto más.

Si la empresa anterior tuviera las mismas condiciones que ECM Ingeniería, escuche bien, los cálculos dicen que fácilmente el municipio podría recaudar más de 30 millones. Ahora se pagan 9 y, a lo sumo, serán 13. Si, escucha bien. Serían 30 millones y no 13.

Vamos a ejemplos actuales.

En Los Angeles, por los estacionamientos de superficie se pagan 9 millones 800 mil pesos. Eso significa que cada cupo – CADA UNO DE LOS MIL 97 CUPOS – paga 350 pesos DIARIOS.

Basta que un auto esté cinco minutos, le cobren como si fuera media hora y con eso basta para pagarle al municipio. Las otras 10 horas y 50 minutos son el negocio para la empresa. Es decir, ECM tiene casi todo el día para ganar plata.

Chillán también concesionó en favor de ECM Ingeniería para estacionamientos de superficie y subterráneos. Ahí son mil cupos los licitados y los ingresos, escuche bien, llegan a los 23 millones 750 mil pesos mensuales, harto más que los nueve millones de pesos que se cancelan en Los Ángeles.

Y en vez de pagar $350 pesos diarios por cupo, allá aportan 920 pesos. O sea, allá pagan dos veces y media más que acá.

Si la comparación con Chillán parece excesivamente desfavorable para Los Ángeles, con Viña del Mar es derechamente un escándalo. ECM paga allá, por 787 cupos, 37 millones de pesos. Reitero: 37 millones de pesos. En Los Ángeles acordaron con el municipio pagarle 9 millones por más de 1.000 cupos.

Eso significa que en Viña, al día, cada cupo cancela mil 800 pesos diarios. En Los Ángeles, apenas 350. La diferencia es cinco veces superior. Es como si en vez de los esmirriados nueve millones mensuales, pagara ¡¡45 millones de pesos!!

Un detalle no menor es que en la licitación viñamarina, pidieron que las empresas interesadas presentaran un estudio de ingresos estimados y cuántos iría a las arcas municipales. En el caso de Los Ángeles, eso se omite. En toda la extensa carpeta de concesión, ni en las bases, se hace referencia a algo tan básico.

Sólo está lo expuesto por ECM Ingeniería, la única que efectuó una oferta porque las otras empresas desistieron de hacerlo. Y ahí se aceptaron los nueve millones de pesos mensuales, que los concejales aceptaron y se congratularon por tal decisión.

Que se reciba sólo ese monto no sólo implica menores ingresos en las arcas municipales. Recursos que están pagando el polémico paseo semipeatonal de calle Colón, avaluado en más de mil 300 millones de pesos. Si los ingresos fueran sólo como los de Chillán – ni hablar los de Viña – la obra se pagarían en 4 ó 5 años y no en una 11 años, como ahora.

Si usted hace un negocio, espera saber que le digan cuánto se puede pagar y cuánto de eso es para usted. No es nada del otro mundo, es de toda lógica. Estamos seguros que usted nunca entregaría un negocio a 35 años plazo sin saber esos datos esenciales, sin comparar otras cifras, sin saber cuánto va a parar a su bolsillo. Y en el caso de Los Ángeles, el rigor debiera ser mayor. Mal que mal, es plata de todos nosotros.

Si no lo hace, usted acepta que le puedan meter el dedo en la boca o incluso más adentro. En Los Ángeles, ese negocio fue aceptado sin reparos y aplaudido de manera unánime por el alcalde y los concejales de la época, en la sesión de junio de 2008.

A la luz de los antecedentes conocidos, no hay nada que justifique una felicitación y mucho que causa enorme verguenza, ajena y propia, por la nula capacidad negociadora del Concejo Municipal de Los Ángeles.