Algunos colorantes artificiales en los alimentos podrían ser la causa de la hiperactividad entre los niños: expertos independientes realizaron recomendaciones a la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) sobre este controvertido tema.

Tras defender durante muchos años la inocuidad de los colorantes artificiales, la FDA decidió rever esa creencia tras una petición presentada en 2008 por el Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI), un poderoso grupo de defensa de los consumidores.

“Examinamos los estudios sobre el tema y no vimos ningún vínculo directo sólido, a pesar de que algunos niños hiperactivos que sufren un déficit de atención podrían tener una sensibilidad a algunas de esas sustancias químicas”, explicó a la AFP Douglas Karas, portavoz de la FDA.

“En el marco de ese examen esperamos escuchar a ese comité de expertos independientes para considerar algunas de sus recomendaciones y solicitar directivas”, agregó.

“Cualesquiera que sean las recomendaciones de esos expertos, la FDA tomará nota de ellas y las incluirá en sus deliberaciones” para determinar si se debe realizar algún cambio en las reglamentaciones sobre esos colorantes, destaca este portavoz, que no prevé que se tome ninguna decisión hasta dentro de varios meses.

Por lo demás, la FDA no está obligada a seguir las recomendaciones de esos comités consultivos, aunque muy a menudo las sigue.

El director general del CSPI, Michael Jacobson, se felicitó en un comunicado por la decisión. “Estoy feliz de que después de muchos años de rechazo, la FDA se disponga a abordar los indicios que vinculan los
colorantes alimentarios sintéticos a problemas de comportamiento entre los niños”.

“Varios de esos colorantes (…) no tienen ningún valor nutritivo y tampoco son conservantes; su razón de ser es solamente cosmética. Se los utiliza a menudo por eso en alimentos de mala calidad, para atraer a los
niños o simular la presencia de productos naturales sanos, como las frutas”, destacó Jacobson.

“Sólo espero que el comité de expertos recomiende a la FDA exigir etiquetas de advertencia y estímulos para que las industrias agro-alimentarias renuncien voluntariamente a esas sustancias sintéticas y empleen colorantes naturales”, dijo.

Asimismo observó que en Europa una ley requiere que la mayoría de los alimentos que contienen colorantes artificiales incluyen una advertencia sobre los riesgos de consumirlos.

Los partidarios de prohibir esos colorantes citan el ejemplo del doctor Benjamin Feingold, pediatra de California, quien en los años 70 trató con éxito a algunos niños hiperactivos a través de la prescripción de un
régimen alimentario sin sustancias artificiales.

La Asociación de Productores de Alimentos, que agrupa a las industrias alimentarias estadounidenses, rechazó con fuerza las conclusiones del CSPI.

“Los principales organismos de reglamentación del mundo examinaron todos los estudios científicos disponibles y determinaron que no existe vínculo demostrable entre los colorantes alimentarios artificiales y la hiperactividad infantil”, escribe en un comunicado.

Un gran número de colorantes artificiales empleados actualmente en numerosos alimentos y bebidas fueron autorizados por la FDA en 1931.

La agencia prohibió, en cambio, otros colorantes por su toxicidad. Así, en 1976 hizo retirar del mercado un colorante llamado “rojo número 2″ sospechoso de ser cancerígeno.