El octavo y último encierro de las fiestas de San Fermín en Pamplona (norte de España) terminó este miércoles con once heridos, dos de ellos en estado grave, según anunció el gobierno autonómico de Navarra.

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Nueve de los heridos son españoles. También resultaron heridos un británico de 24 años, en estado “grave” por una cornada en la ingle, y un neozelandés de 26 años, herido de levedad en una muñeca.

Uno de los heridos españoles, de 23 años, recibió dos cornadas, en el tórax y en un muslo, y su estado era “grave”. Otros dos corredores fueron también corneados, uno en el brazo y otro en una axila, pero sus heridas fueron leves.

El octavo y último encierro fue descrito por los especialistas como “peligroso” y relativamente largo. Dos de los seis toros se mostraron especialmente agresivos.

Este año, los encierros se han saldado con un total de 37 heridos, en su mayoría de levedad. Entre ellos figuran once extranjeros (cuatro británicos, dos irlandeses, un estadounidense, un canadiense, un australiano, un neozelandés y un israelí), según los datos de las autoridades navarras.

En esta edición, la herida más grave la tuvo un australiano de 18 años, que sufrió en el primer encierro el 7 de julio una triple fracture en las vértebras lumbares.

Los encierros tienen lugar todas las mañanas, a las 08H00 (06H00 GMT), en un recorrido vallado de 825 metros por las calles del centro histórico de la capital navarra.

Los corredores, los mozos, de ambos sexos, nacionalidades y edades, van a máxima velocidad por delante de los astados sobre los adoquines de las calles, con el riesgo de caer o recibir una cornada.

Los Sanfermines causaron 15 muertos desde 1911. El año pasado, la fiesta se vio empañada con la muerte de un español de 27 años, alcanzado por una cornada en el cuello.

Las fiestas de Pamplona atraen anualmente a miles de turistas extranjeros, en particular anglosajones.