La inglesa Lyndsay Scott

La inglesa Lyndsey Scott (28) -quien sufría de una grave Fibrosis Quística- fue trasplantada con los pulmones de un fumador habitual que había consumido cigarrillos durante 30 años. Según el padre de la víctima, Allan, antes de la operación no fueron informados de este “detalle”, lo que pudo haber influido en las complicaciones que 5 meses más tarde terminaron con la vida de su hija.

“Honestamente, puedo decir que si los doctores le hubiesen informado antes de que tuviera la operación, ella se habría negado (…) Lyndsey estaba en contra de los fumadores y la idea de que las personas le hicieran daño intencionalmente a sus pulmones”, pese a que esperó durante 20 meses por el transplante, señaló el padre a Sky News.

Luego del shock inicial, provocado por el hecho de no saber que los pulmones del donante estaban contaminados de nicotina, Allan Scott se decidió a comenzar una campaña para cambiar la ley de donaciones en Inglaterra. En su cruzada, el padre pretende que los pacientes tengan derecho a que se les informe de riesgos adicionales a los peligros de la operación, los cuales podrían tener relación con el estado de los órganos transplantados.

Pese a la controversia, desde el Hospital de Wythenshawe en Manchester -donde se operó Lyndsay- aseguran que cumplieron con todos los pasos del procedimiento que se utiliza para los transplantes. Además, señalaron que cuando se enfrentan a una escasez de donantes, hay veces en que los doctores no tienen más opciones que utilizar los órganos de personas clasificadas “marginales” -lo que implica que pudieran tener ciertas observaciones- para salvar la vida de los enfermos.