La película Posdata: Te quiero es un clásico de los dramas románticos. Y es que la historia de la cinta protagonizada por Hillary Swank y Gerard Butler tocó el corazón de miles de personas.
El filme narraba la historia de una mujer que comenzaba a recibir cartas de su fallecido marido, quien le daba instrucciones para que pudiese salir de la depresión que la había dejado su partida.
Algo parecido está viviendo Chris Pointon, un inglés quien desde hace dos años ha recibido cartas y tarjetas de cumpleaños de parte de su esposa Kate Granger, quien falleció en 2016, en el día de su aniversario de matrimonio, producto de una rara forma de cáncer.
Antes de morir, la mujer escribió 27 saludos y organizó todo para que fueran entregados como sorpresa a su marido, con quien estuvo casada por 11 años. De esta forma, el hombre recibirá sus cartas hasta que cumpla 65 años.
La última de ellas le llegó el pasado 11 de abril, cuando Pointon cumplió 40 años. “Para mi querido Humpty Dumpty. Estás en tus 40 ahora, guapo. ¿Ya tienes te quedaste sin pelo? Te amo y siempre lo haré. Mucho!”, escribió Kate.
“Es algo a lo que me estoy acostumbrando lentamente”, señaló al diario inglés Daily Mail.
Cuando se enteró que su enfermedad ya no tenía cura, la mujer comenzó a preparar esta sorpresa para su marido. “Había una caja debajo de su cama que no me permitía abrir hasta después de su muerte. Ahí había una carta para mí que abrí el día de su muerte. También había otra para una semana después, donde había escrito su plan funerario. Tener las cartas y las tarjetas ha hecho que perderla sea un poco más fácil”, aseguró.
Poco antes de fallecer, Kate quien era una respetada geriatra, también impulsó la campaña “Hola, mi nombre…”, donde alentaba a los trabajadores de la salud a saludar y presentarse a sus pacientes.
La campaña tuvo gran éxito en las redes sociales y personalidades de todas las áreas apoyaron la idea. Kylie Minogue, Jeremy Clarkson, Richard Branson y David Cameron fueron algunos de ellos.
Actualmente la iniciativa ha sido acogida en más de 20 países, donde su trabajadores no sólo saludan a sus pacientes, sino que además llevan un gafete con su nombre
Granger fue diagnosticada en 2011 con un tumor desmoplásico de células pequeñas y redondas, un raro y violento tipo de sarcoma, luego de comenzar a sufrir fuertes dolores de espalda.
Tras su muerte, su marido se tomó un año sabático para promover la campaña que su esposa tanto quería. De hecho, tres días antes de fallecer, había conseguido recaudar más de 200 millones para el Centro de Cáncer en Yorkshire, un reto que era parte de lista de cosas que hacer antes de morir.
