Rehan Staton es un joven afroestadounidense de 24 años residente en Maryland que en septiembre ingresará (de manera online por el coronavirus) a la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard.

Lo anterior es fruto de una corta, pero complicada vida que ha estado marcada por el abandono, la pobreza y el rechazo, lo que de cierta forma lo llevó a donde está hoy.

Su historia se conoció luego que él mismo compartiera un par de párrafos en su cuenta de Instagram, lo que se volvió viral y captó la atención de medios de todo el mundo.

Staton partió contando que ninguna universidad lo aceptó luego de graduarse de la enseñanza media, por lo cual comenzó a trabajar como recolector de basura en la empresa Bates Trucking & Trash Removal.

No fue el mejor de los alumnos ya que el abandono de su madre cuando era niño lo afectó a tal punto que su desempeño académico se vio directamente afectado por ello.

Con los años descubrió que el boxeo era un deporte que lo apasionaba, en lo que veía una potencial carrera, pero una doble lesión de hombros en cuarto medio truncó ese sueño.

En conversación con Boston Globe, el joven comentó que su intelecto causó interés entre sus compañeros de trabajo, casi todos ex convictos, por lo cual rumores de su inteligencia llegaron al hijo del dueño de la compañía.

Fue así como Brent Bates concertó una reunión con un profesor de la Universidad Bowie State, cita que le valió su apoyo para apelar en su favor ante el comité de admisiones.

Tras dos años en ese plantel, luego se cambió a la Universidad de Maryland – a 22 kilómetros al oeste – desde donde se graduó en 2018 con un GPA (promedio, en español) de 4, lo máximo en ese sistema educacional.

Pero como la situación en casa siempre fue difícil, nunca dejó de trabajar para los Bates. Tan difíciles eran las cosas monetariamente que Reggie, su hermano mayor, laburaba en la misma empresa.

Para entregarle más apoyo todavía, el hombre decidió abandonar sus estudios en Bowie State y dedicarse completamente a trabajar, para así apoyar a su hermano y padre.

“Todos perdimos e hicimos sacrificios para cuidarnos el uno al otro (…). Mi hermano tomó un trabajo que la gente miraba en menos solo para que la misma gente me admirara”, dijo Rehan al Boston Globe.

Washington

Tras la universidad, y un infarto de su padre, Staton obtuvo un trabajo como analista en la firma de consultoría Robert Bobb Group, en Washington DC.

“Para Rehan, el cielo de verdad es el límite”, dijo al citado medio Patrick Bobb, el jefe de operaciones de Robert Bobb Group.

Fue en esa empresa, con carga laboral completa, donde Staton se preparó y rindió el examen de admisión para facultades de Derecho (LSAT en inglés).

Como ya saben, los resultados fueron los esperados y aparte de Harvard fue aceptado en las universidades de Columbia, Pennsylvania, Southern California y Pepperdine.

Georgetown, Nueva York, California Berkeley y California Los Ángeles lo dejaron en sus listas de espera.

Cuando este fue aceptado en Harvard, Reggie dijo que en ese momento sintió “que cada sacrificio que hizo mi hermano valió la pena. Hizo lo que dijo que iba a hacer y eso era entrar a una Facultad de Derecho de excelencia”.

Ya en la cuenta regresiva para volver a las aulas, Staton afirma que quiere especializarse en derecho deportivo y transformarse en agente.

“Nadie te puede prometer que la vida será justa, pero si mantienes tus ojos en el premio, todo cae en su lugar”, cerró.

A modo de ayudarlo en su paso por el mundo del posgrado, una página de GoFundMe fue abierta para recolectar fondos que lo ayuden a financiar su nueva vida.

Al cierre de esta edición, la iniciativa ha reunido US$85.944, casi $67,8 millones.