“Ser mamá es lo mejor que te puede pasar”, “es el mejor trabajo del mundo”, “no te podría pasar nada mejor”. Esas son algunas de las frases que las mujeres suelen escuchar desde la infancia, sin embargo, una escritora y actriz brasileña de 38 años, no está de acuerdo y contó su punto de vista en redes sociales.

Aunque afirmó que ama a su hija con el alma, Karla Tenórico reconoció que “detesta ser madre” y que sólo accedió por su pareja.

“Soy Karla Tenório, tengo 38 años, soy actriz, escritora, tengo una hija de 10 años y soy una madre arrepentida”, comenzó.

“Odio ser madre desde que salió la cabeza de mi hija, durante el parto. En ese momento, me pregunté si no había vuelta atrás, pero no pude. Tuve una complicación en el parto, porque tenía la mano en la cabeza y fue un proceso delicado dejar el resto de su cuerpo. Fue entonces cuando lo lamenté”, reconoció.

“En la psicosis, pierdes la noción del tiempo, te cierras al mundo, te conviertes en un cuidador excesivo. Llevé, por ejemplo, un cuaderno en el que anotaba cuántos minutos amamantaba mi hija de cada pecho”, recordó.

“Nunca tuve una niñera, dejé de hacer muchas cosas, dejé de aceptar trabajos para ser una excelente madre, por la culpa. Los síntomas del arrepentimiento materno son la frustración, la sensación de que la vida se acaba, el abandono, el desánimo para desarrollar nuevos proyectos vitales. Tardé diez años en salir del armario, en asumirme como una madre arrepentida, porque parecía que era la única, pero no es así”, dijo.

“Hoy soy una persona que se está recuperando de la culpa de este arrepentimiento. Hoy sé que el amor incondicional no existe, me atraviesa como una brisa, raras veces me conmueve este éxtasis, porque tuve que desarrollar una relación, estoy obligada a cuidar a una persona”, agregó.

A través de esta década de maternidad, la actriz se dio cuenta que no era la única que se sentía así. “Convertí mi angustia en un movimiento de apoyo a mujeres como yo: a las que no les gusta la maternidad. Soy la creadora de la ‘Madre Arrepentida’, que tiene como objetivo liberar la voz de las madres que no son felices como madres, que sufren y se sienten culpables por la maternidad”, agregó.

“Quiero escuchar los testimonios de otras madres, porque este movimiento es de amor, para que cuando mi hija crezca pueda tomar una decisión real y consciente sobre la maternidad”, cerró.

Según explicó al diario argentino Clarin, su movimiento intenta combatir la construcción social y romantización de la maternidad, basada en la ética cristiana del amor incondicional de una mujer por su hijo, como la Virgen María.

“Cuando me casé, no quería ser madre, pero hoy veo que cedí a un deseo que no era mío. Un día, durante un viaje a la India, mientras meditaba en el río Ganges, tuve una visión de que iba a tener un hijo. Luego pasé dos años planeando y preparándome para ello. Lo he deseado, no quedé embarazada por accidente”, contó.

Según la escritora, “la maternidad implica todo un cuidado con la higiene, la formación de un ciudadano, un estudio de psicología para entender cada fase del desarrollo, además del dinero para pagar todos los gastos de un niño. Es una bola extremadamente asfixiante estructurada por la sociedad. La maternidad es una empresa de alto riesgo, sin reconocimiento y sin retorno”.

No obstante, afirmó que su hija es “una persona increíble, una historia de éxito”, a quien definió como “una chica obediente, buena gente, que tiene valores, y la quiero”.

“La verdad es que, por desgracia, vengo de una familia muy religiosa y sé que nunca habría abortado en esa época”, sentenció. “Soy la titular del cuidado físico de mi hija hasta que pueda valerse por sí misma, pero, para la sociedad, no es sólo eso. La madre es la responsable de esa alma hasta el final de la vida, una santa arquetípica, que nos bendice allí donde estemos”, dijo.

“Ya recibí algunas críticas por el movimiento que creé, sobre todo de hombres, que decían que era el único. Mi madre entiende que no somos iguales, me acoge, no me juzga, sabe que soy disruptiva y entiende que mi búsqueda es real, porque ve mi esfuerzo diario por hacer lo mejor para mi hija”, cerró.