“Tu casa se está quemando y la gente a la que le encargaste que te cuidara no está tratando de apagar el fuego. Aún cuando sabían que venía y pudieron ver lo que pasó con los vecinos a los que la situación los sobrepasó con una velocidad terrorífica, el gobierno británico ha inexplicablemente elegido alentar las llamas, con la noción errada que de alguna forma serán capaces de controlarlas”.

Lo anterior es parte de una columna de opinión publicada en el diario The Guardian por William Hanage, un epidemiólogo a quien la estrategia de “inmunidad de grupo” por la cual optó la gestión de Boris Johnson desde Downing Street en un principio “le pareció una sátira”, algo que “no podía creer”.

En concreto, lo que las autoridades pretenden lograr es que la población se vea expuesta al Covid-19 para evitar que se produzca una segunda ola el próximo invierno. Esto es preocupante de acuerdo al especialista que enseña evolución y epidemiología de enfermedades infecciosas en la Escuela T. H. Chan de Salud Pública la Universidad de Harvard.

“Hablamos acerca de vacunas generando inmunidad de grupo. ¿Entonces por qué esto es diferente? Porque esto no es una vacuna. Esto es una pandemia de verdad que enfermará a un gran número de personas y algunas de ellas morirán. Aún cuando la tasa de mortalidad es baja, una pequeña fracción de un número muy grande sigue siendo un número grande”, escribió el experto.

“Y la tasa de mortalidad crecerá cuando el servicio público de salud (NHS, por su sigla en inglés) se vea sobrepasado. Esto se esperaría que ocurriera, incluso si hiciéramos la generosa suposición que el gobierno tuviera éxito en restringir el virus solo a la población de bajo riesgo, en el peak del brote cuando la cantidad de personas que requieren cuidado intensivo sería mayor al número de camas disponibles. Esto empeora por el hecho que las personas que están muy enfermas tienden a estarlo por un largo tiempo, lo que incrementa la carga”, afirmó Hanage.

El plan del gobierno tiene tres elementos centrales. Primero, busca aumentar las medidas de distanciamiento social, pero a un ritmo mucho menor que el llevado a cabo en otros países; también espera aislar a los grupos de riesgo y enfermos crónicos del público general y por supuesto que el n-cov 2019 infecte a parte de país este país de 47 millones de habitantes.

Esta idea podría funcionar desde la base que, en teoría, con tanta gente viéndose expuesta al virus, un gran número de personas se podría volver resistente a su presencia, con lo cual el patógeno tendría más dificultades a la hora de propagarse, causando que la enfermedad disminuya con el paso de los meses, ganando el tiempo suficiente para probar y estrenar una vacuna. No obstante, para el experto no es el foco.

“El Reino Unido no debería estar tratando de crear inmunidad de grupo, eso va a ocurrir solo. Las políticas deberían estar dirigidas a ralentizar el brote hasta un nivel más manejable. Esto es un distanciamiento social fuerte. Cualquier persona que puede trabajar de casa debería hacerlo. Los empleadores deberían garantizar el pago de licencias médicas (…) y hacer todo lo posible para desalentar el ‘presenteismo"”, aseveró Hanage.

“No deberían saludarse de manos con nadie, lavarse las manos por 20 segundos varias veces al día cuando sea que entres a tu casa o a la de otro. No ir a reuniones masivas. Educar a la gente sobre mascarillas y cómo deberían guardarse para los profesionales médicos que las necesitan. Todo esto y mucho más debería haber partido hace semanas atrás”, espetó el especialista.

“La función más fundamental de un gobierno es mantener a su gente a salvo. De ahí que se deriva su autoridad, la confianza del pueblo y su legitimidad. Nadie debería estar bajo la ilusión que esto es algo que puede ser evadido a través de la manipulación de un virus que estamos recién empezando a entender. Esto no te va a saltar, esto no es un tornado, es un huracán. No entren en pánico, pero prepárense. Si su gobierno no los ayuda, háganlo ustedes”, finalizó Hanage.

De acuerdo al último balance entregado por el ministro de Salud, Matt Hancock, ante la Cámara de los Comunes la tarde de este lunes, el Covid-19 ha cobrado la vida de 55 personas en Gran Bretaña, un salto de 19 muertes en las últimas 24 horas.