El ajo es una especie ampliamente utilizada en la gastronomía. Su sabor y presuntas propiedades suelen otorgarle valor a las preparaciones, convirtiéndolo en uno de los ingredientes clave en gran parte de las comidas.

No obstante, la planta de la cual se extrae la cabeza y luego sus dientes, no sólo tendría beneficios para el paladar, sino que además contaría con importantes cualidades curativas.

Según detalla la nutricionista Nazira Docmac, el ajo tiene propiedades antioxidantes, antibacterianas, antibióticas, antifúngicas, antiasmárticas, vasodilatadoras, hipotensoras, hipoglicemiantes. La responsable de éstas es la alicina, compuesto que se libera al cortar el ajo. De sus componentes, la profesional explica que también destacan la vitamina C y B6, el fósforo y el calcio.

Wikimedia (CC0)
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Por mucho tiempo, estas propiedades han sido relacionadas con la salud íntima femenina y terapias asociadas a la sanación de infecciones vaginales; no obstante, los efectos que tendría el ajo en esta zona dividen la opinión de los profesionales de la salud.

Desde la vereda de la medicina natural, la maestra de yoga Estefanía Aranda, terapeuta en ginecología natural y dueña de la academia Yoga & Arts Studios, detalla a BioBioChile que el uso del ajo se recomienda como antibiótico en estos padecimientos que son muy comunes.

Según explica Aranda, este tratamiento consiste en introducir un diente de ajo (crudo, sin cáscara y sin lavar) en la cavidad vaginal, previamente aseada, durante cinco noches seguidas siendo retirado cada mañana e introducido cada noche.

PxHere (CC0)
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“Al ser antibiótico, no hay problemas relacionados con que el ajo se pueda podrir porque, al estar inmerso dentro del canal vaginal, está en un ambiente que no se oxida. No habrían efectos adversos”, aseguró la terapeuta.

Al respecto, la matrona Carolina González, fundadora de Gestar y parir con amor, indicó a BioBioChile que el ajo ayuda a tratar infecciones vaginales comunes como los hongos y las infecciones urinarias. “El ajo está descrito como terapia para restablecer el pH vaginal y atacar este tipo de infecciones”, afirmó.

Aunque González admite que no es un método que se use en el medio médico tradicional, dice que su uso ha reportado buenos resultados. En esta misma línea, la matrona Liliana Brandell, directora del Centro de Salud Familiar Paulina Avendaño Pereda (Talcahuano) postula que el ajo no produce daños y que suele recomendarlo a pacientes que desconocen el origen de su infección. Aún así, destaca que es fundamental ver a un profesional antes de usarlo como tratamiento.

González también aseguró que no hay riesgos de que el ajo se “atasque” o se pierda el rastro dentro de la vagina. En tanto, las tres profesionales coinciden que este tipo de terapia no es recomendable para embarazadas y mujeres que estén menstruando.

No obstante, desde el punto de vista de la obstetricia, el ajo no es recomendado ni usado en tratamientos giencológicos. Así lo explica a BioBioChile el ginecólogo obstetra Andrés Ghiringhelli, quien afirmó que no existe evidencia científica que avale esta práctica. “Sin una investigación no podemos saber si realmente sirve para algo”, opina.

Aún así, el médico señaló que en caso de no lavar correctamente el ajo, las usuarias corren riesgos para su salud. “Es peligroso si el ajo no es lavado o tiene tierra, por ejemplo, podríamos tener de nuevo casos de infecciones como septicotoxemias por clostridium perfringens (infección producida por un tipo de bacteria) que antiguamente había cuando abortaban con tallos de perejil”, opina.

“La medicina tradicional no le da ninguna propiedad al ajo en vagina. No es recomendable. No tengo ninguna evidencia científica que demuestre beneficios”, asevera.

El ritual del ajo

Más allá de la disputa médica-ginecológica respecto a los efectos de insertar un diente de ajo en la cavidad vaginal para tratar enfermedades e infecciones, existe una práctica que ha trascendido “de boca a boca”, durante varios años a pesar de la controversia que genera el tema en la medicina.

Según contaron algunas mujeres a BioBioChile, se trata de un ritual que llevaría al menos una década y miles de mujeres lo realizan en el mundo cada mes. Existen manuales escritos y audiovisuales al respecto, tanto en inglés como español, aunque las usuarias no recomiendan guiarse por ellos por la posibilidad de información errónea.

En términos amplios, y bajo el contexto de la terapia natural, el ritual y medicina del ajo cumple una función antibiótica y de depuración energética que realiza un “barrido” o limpieza de las memorias uterinas. “Limpia para iniciar una nueva vida, un nuevo camino y ayuda a la mujer a ser más consciente de lo que es su ciclo femenino”, expresó la terapeuta Estefanía Aranda.

“Es medicina porque se está haciendo un trabajo de sanación y es ritual porque estás intencionando la sanación a través de una petición con un propósito”, manifestó.

BBCL
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En este aspecto, Aranda detalló que esta práctica consiste en intencionar un propósito en el diente de ajo, expresando rezos por 21 días, que comprenden de una luna nueva a otra luna nueva. “Durante todas las noches le das un propósito a ese ajo, que se relacione con algo que quieras sanar”, señala.

Luego de esas 21 noches, la mujer introduce el ajo por su cavidad vaginal y éste se mantiene dentro hasta que se expulsa solo. “Puede durar horas, un día o dos semanas, es muy relativo y depende de la mujer”, afirmó y señaló que durante el proceso se debe mantener abstinencia sexual.

Según información entregada por el portal Purificación Femenina, el color que adquiere el ajo tras la expulsión se interpreta como el aspecto que se está trabajando y se requiere sanar.

Si bien la intencionalidad y objetivo, es netamente personal según la mujer que realice el procedimiento, Aranda detalla que algunos propósitos de este ritual puede ser “ayudar a sanar a la mujer luego de una agresión sexual, a desconectarse de alguna relación de pareja que quiera olvidar o soltar, o de alguna enfermedad que posea”.

MaxPixel (CC0)
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La terapeuta sugiere realizar este ritual sólo una vez en la vida, para asumir la responsabilidad que requiere. “Apelamos a que haya una toma de conciencia de cada mujer respecto a su ciclo”, dijo.

“Lo ideal es que ella no vuelva a repetir patrones, porque sería un trabajo en vano. Por ejemplo, si usa el ajo porque quiere ‘soltar’ a sus parejas, y constantemente esta repitiendo nuevas parejas, y cada vez que tiene una nueva quiere usar el ajo, pierde el sentido. No se trata de eso”, opinó.

Finalmente, Estefanía Aranda sugirió que este ritual sea realizado sólo por mujeres que realmente sienten que deben hacerlo y que cuenten con la información pertinente. “Recomiendo llevar un registro de un año del ciclo menstrual, anotando a diario cómo se siente y observar qué es lo que le está mostrado tu ciclo. Ahí se puede intencionar mucho mejor la medicina del ajo”, aseguró.

En tanto, Aranda destaca la importancia de la asesoría de una terapeuta de ginecología natural para realizarlo de forma informada y respetuosa.

Círculos de mujeres: la experiencia del ritual

Al tratarse de una experiencia personal, cada involucrada decide cómo realizar este ritual. “Mientras algunas hacen círculos de mujeres, otras lo hacen en solitario”, explicó Aranda.

Hace cuatro años, N. G. (26) lo realizó. Su objetivo era “cortar lazos con las huellas que deja una relación sentimental con un hombre”.

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Tras pasar un tiempo en abstinencia sexual, encontró esta terapia en una comunidad femenina. Tras informarse del procedimiento, decidió realizarla por primera vez de forma individual y luego decidió convocar a un grupo de mujeres que quisieran formar un círculo para realizar el ritual en conjunto. “Me guié por mis sentimientos. Lo peor que me podía pasar es que no funcionara”, explica respecto a su decisión.

El ritual grupal consistió en juntarse tres veces, en tres meses, durante la noche de luna nueva. En la convocatoria, N.G. cuenta que se añadieron objetos que representaran distintos elementos como también objetos con valor personal.

“En el momento de la inserción, cada una fue en orden al baño de la casa donde nos reunimos, algunas entraron de a dos, pero es totalmente opcional”, explica. “La sensación del ajo dentro del cuerpo es discreta, suave, no se siente. Después de unas horas, se empieza a sentir la sustancia del ajo por dentro pero no en forma de molestia, todo lo contrario”, agrega.

En tanto, N.G. destaca de esa reunión la unión y apoyo que provocó entre sus participantes. “Todas confiamos en el proceso. Al salir (del baño) meditamos y contamos nuestras motivaciones. Fue muy reparador”, relata.

Pexels (CC0)
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Respecto a la terapia en sí, la joven asegura que para ella trajo efectos positivos. “Pasé a otro periodo de mi vida después del proceso. Empezó a correrse la voz y se tejió otra red”, contó. “Las propiedades médicas del ajo también me ayudaron”, agregó. “Fue una gran experiencia psíquica, espiritual y médica”, concluyó.

Ginecología natural

Es importante consignar que el tratamiento del ajo pertenece al ámbito de la ginecología natural. En palabras de Estefanía Aranda, el objetivo de esta disciplina es “enseñar a identificar el ciclo que posee cada mujer, trabajar sus distintas fases y aprender a potenciarlas. También es importante reconocer las heridas que puedan existir y cómo trabajar distintas patologías que puedas tener a nivel físico y emocional”.

La especialista aclaró que los terapeutas en ginecología natural no son médicos ginecólogos. “El médico observa a la paciente y determina qué es lo que tiene que hacer para sanarse, usando exámenes y medicamentos, desde la medicina alópata. La ginecología natural busca la causa del síntoma o dolor, lo que usualmente tiene relación con un trabajo emocional”, explicó.

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“La terapia ginecológica natural postula que la mujer pueda reconocer su cuerpo, desde su mente y emociones”, explica y detalla que las terapias consisten en la auto-observación, el seguimiento mensual, el uso de plantas (hierbas), procesos de limpieza y curación, planeación de la alimentación, ejercicios prácticos que se realizan en casa y rituales de sanación. “Es un área más holística que no tiene relación con la medicina tradicional”, aclaró.

Finalmente, Estefanía Aranda afirmó que la ginecología natural postula que la mujer siempre debe estar bien y que los dolores no deberían existir y si los hay es porque existe algo que debo resolver.

Es importante destacar que ante cualquier anomalía, molestia o dolencia en el área genital, es fundamental consultar a un profesional experto para iniciar un tratamiento. De la misma forma, las opiniones expresadas por los profesionales consultados responden a su área, experiencia y formación.