Aumento de volumen en el abdomen, joroba o cara de luna, son los típicos síntomas del Síndrome de Cushing, trastorno que si no se trata adecuadamente, puede terminar con graves consecuencias.

El síndrome se produce por el exceso de cortisol -conocido como la hormona del estrés-, producida por las glándulas suprarrenales, que en cantidades normales ayuda al cuerpo a regular el metabolismo, mantiene la función cardiovascular y ayuda al cuerpo a responder al estrés.

Sin embargo, cuando esta hormona se genera en una cantidad excesiva y prolongada en la sangre, se produce este síndrome que comienza a causar estragos en el cuerpo, como por ejemplo vello facial y corporal más grueso en mujeres o disminución de la libido y fertilidad en hombres.

Síndrome de Cushing

Hay dos tipos de síndrome, el endógeno, generado por factores dentro del cuerpo, como en el caso de la mexicana Marcela Hinojosa, una mujer que demoró más de 10 años en descubrir que era la causa de sus enfermedades.

Según menciona la cadena británica BBC, Hinojosa sintió que no vivía en su cuerpo, ya que comenzó con vello facial, que derivó en una consulta por trastorno hormonal, luego comenzó a engordar, pese a que tuvo una vida sana, con buena alimentación y mucho deporte.

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Así fue como adquirió diversas enfermedades que derivaron en que visitara a varios especialistas. Luego de un derrame cerebral, los análisis detectaron su cortisol alto y además un tumor en la hipófisis. Fue entonces que un médico residente, quien puso atención a sus rasgos físicos, le diagnóstico Cushing y la derivó a un endocrinólogo.

En el caso de esta mexicana, fue el tumor no cancerígeno en la glándula pituitaria, el que generó que se produzca cortisol en exceso y por ende el síndrome que causó estragos en su cuerpo.

El segundo tipo de síndrome de Cushing es el exógeno, causado por factores externos al cuerpo, pero cuyos síntomas son iguales al endógeno. Es el más común (85% de los pacientes) y se presenta generalmente en pacientes que están tomando medicamentos cortidoides o corticoesteroides orales en altas dosis, durante un periodo de tiempo prolongado, según menciona Clínica Mayo.

Los corticoides son necesarios para tratar algunos tipos de enfermedades, sin embargo, estas enfermedades suelen necesitar dosis más altas de cortisol que las que el cuerpo necesita diariamente, lo que causará efectos secundarios que decanten en el síndrome. Estos se pueden presentar de forma oral, inyectables, inhaladores o cremas, siendo estas últimas las menos propensas a provocar el síndrome, aunque en altas cantidades sí lo pueden generar.

Los peligros del síndrome

Como describimos anteriormente, los síntomas de el síndrome de Cushing responden a diversas enfermedades, que en conjunto, son capaces de mermar considerablemente la calidad de vida de una persona.

Acorde a lo que indica la Red UC – Christus los síntomas pueden incluir, por ejemplo, diabetes, hipertensión u osteoporosis, enfermedades que si no son tratadas a tiempo, pueden generar daño irreparable. Además, hay otros síntomas que afectan tanto física, como psicológicamente a los pacientes, ya que otro síntoma puede ser tener depresión o no pensar con claridad.

El diagnóstico más certero se puede generar a través de la medición del nivel de cortisol en la saliva, entre las 23:00 horas y la medianoche, ya que en personas saludables, el nivel de cortisol a esa hora es muy bajo, sin embargo, en una persona con el síndrome de Cushing es elevado.

Una vez detectado, si es un síndrome causado de forma exógena, desaparecerá cuando el paciente deje los medicamentos semejantes al cortisol que estaba consumiendo, con la supervisión de un médico de forma constante. Es de vital importancia evitar la automedicación o continuará.

Sin embargo, si el síndrome es endógeno, es relevante que un médico recomiende el tratamiento correspondiente en cada caso particular, para controlar la producción de cortisol.