Mayo ya se va y eso significa sólo una cosa: el invierno está cerca. Los días son cada vez más fríos, hay menos horas de luz solar y, lamentablemente, las ensaladas dejan de ser una opción muy atractiva para muchos que buscan incorporar los vegetales a su alimentación diaria. Ahora es cuando las sopas aparecen con mayor gloria, ayudando a mantener los cuerpos calientes durante el invierno y llenándolos de los nutrientes que son necesarios para estar saludables.

Las sopas, siempre y cuando sean preparadas en casa, aportan una gran cantidad de beneficios. Según explica la nutricionista de la empresa de alimentación saludable Daily Foods, María Fernanda Jara, el principal de ellos es la hidratación, ya que las sopas están compuestas principalmente por agua y al consumirlas también se incorpora líquido al organismo, el cual es necesario para que cumpla sus funciones de forma adecuada.

Otro beneficio derivado de su gran contenido de agua es que ayudan a otorgar mayor saciedad, ya que es un alimento que ocupa gran cantidad de volumen.

Al ser un alimento principalmente líquido, asegura la experta, la densidad calórica es menor, es decir, aporta una menor cantidad de energía por volumen, por lo tanto, son recomendables para aquellas personas que están preocupadas de mantener o disminuir su peso corporal.

Pero hay que tener ojo, ya que esto sólo aplica cuando se refiere a sopas de verduras, que incluyen en baja concentración cereales y carnes. Cuando las sopas incluyen alimentos ricos en calorías y grasas como la crema de leche, leche entera, mantequilla, queso, caldos concentrados o embutidos, dejan de ser una opción saludable, ya que el aporte de grasas saturadas es considerable.

Las sopas preparadas en casa son una opción muy nutritiva, ya que incorpora verduras de varios tipos, por lo que se consume una gran cantidad de micronutrientes como son las vitaminas y los minerales. Es importante recalcar que muchas de estas vitaminas son solubles en agua (vitamina C y vitaminas del grupo B), esto quiere decir que se pierden en el agua de la cocción, es por eso que se recomienda cocer los alimentos al vapor y sólo por los minutos que sea necesario, al evitar la sobre cocción de los alimentos evitamos la pérdida de las valiosas vitaminas.

“Las sopas y cremas que se comercializan en supermercados tienen entre sus principales ingredientes almidón de maíz, harina de trigo, sal, acentuantes o potenciadores de sabor como el glutamato monosódico y saborizantes artificiales. Contienen verduras en muy baja proporción, es por eso que la recomendación es la de siempre prepararlas en casa, de lo contrario están muy lejos de ser una opción saludable”, afirma la nutricionista.

“Las sopas en sobre contienen gran cantidad de sodio, lo podemos notar ya que muchas de ellas poseen el sello de alto en sodio en sus envases. Es recomendable evitar el consumo de estos productos, sobre todo por aquellas personas que padecen de hipertensión arterial y enfermedades renales, ya que el sodio es uno de los nutrientes que se restringe en su dieta”, agrega.

Una sopa liviana puede consumirse idealmente como entrada antes del plato principal a la hora de almuerzo o cena, mientras que una sopa que contenga mayor cantidad de carbohidratos como arroz, fideos, quínoa, choclo, papas o legumbres, y que además contenga proteínas como pollo (sin piel), carnes magras, pescado, mariscos o tofu, puede ser consumida como plato principal sin ningún problema.

Otra recomendación es la de ocupar en su preparación idealmente las verduras de temporada, ya que estas se encuentran en mayor oferta, tienen un precio menor y al estar frescas contienen mayor cantidad de nutrientes y un mejor sabor. Por lo tanto las sopas ojalá contengan verduras como la espinaca, acelga, zanahoria, apio, coliflor, brócoli, puerros y zapallo.