El que sería uno de los días más felices de su vida, se convirtió en uno de los más difíciles. Un hombre con cáncer terminal falleció el día de su boda, mientras su novia caminaba al altar.

Los escoceses Paul Wynn (57) y Alison Wynn (38) había decidido casarse tras 21 años de relación. La pareja se había comprometido en 2019, pero debido a la pandemia no había podido concretar sus planes.

En mayo, Paul fue diagnosticado con cáncer terminal al páncreas, pero hace algunas semanas, los médicos le habían dados sólo dos meses de vida, por lo que decidieron adelantar la ceremonia que se realizaría el viernes pasado.

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10 minutos

A pesar de la tragedia que pasaban con la enfermedad de Paul, ese día comenzó lleno de esperanza para todos y con millones de detalles de los que preocuparse.

Cuando ya estaba todo listo para comenzar la boda, Alison notó que había olvidado sus flores, por lo que pidió a una amiga que fuera por ellas. Esperó por 10 minutos.

“Cuando me pasaron las flores, todo parecía estar bien, aunque Paul se veía un poco incómodo en ese punto. Habíamos aflojado un poquito su kilt para ayudarlo a sentirse más cómodo”, relató Alison al diario de The Sun.

“Lo habían subido en una silla de oficina al ascensor y luego por las escaleras porque no tenía energía para subir a la habitación. Estaba sin aliento y luchando por lo que me dijeron”, contó.

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“Algo andaba mal”

Alison caminó por el pasillo hacía su futuro marido acompañada de su hijo Sandy, de 20 años, y ante la atenta mirada de 20 invitados observando.

Antes de que ella pudiese alcanzar a Paul, él se desplomó en la silla que lo había llevado a la ceremonia. “Cuando llegué a él, lo llamé por su nombre un par de veces. No se dio la vuelta, no me miró y me di cuenta de que algo andaba mal”, recordó.

“Comencé a derrumbarme y comencé a gritar su nombre y sabíamos que algo no estaba bien”, dijo.

Una amiga de la pareja reaccionó rápidamente y pusieron a Paul en el suelo, y llamaron a Emergencias, pero ya no había nada qué hacer. El hombre murió en el lugar.

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Paul falleció dejado a Alison y sus cinco hijos. “Tengo que levantarme y moverme todos los días por el bien de mis hijos, pero no puedo comer”, reconoció ella.

“Paul y yo perdimos un hijo en 2004 después de que tuve un aborto espontáneo, por lo que me reconforta un poco que él esté con nuestro hijo”, afirmó. “Su madre falleció en 2020, así que al menos ahora él también está con ella”, añadió también.

“Éramos su vida, él haría cualquier cosa por sus hijos. Movería cielo y tierra por sus hijos, y todos lo amaban”, cerró.