Arqueólogos y antropólogos italianos realizaron un profundo análisis a un esqueleto de 2.000 años de antigüedad hallado en 2007 en Italia. En aquellos restos se encontrarían pruebas fehacientes de cómo fueron las crucifixiones que realizaron en el Imperio Romano a esclavos y ladrones

Los resultados fueron publicados en abril en la revista científica Ciencias Arqueológicas y Antropológicas, luego de tres años de investigación a los restos óseos, los cuales se encontraban en mal estado de conservación.

Según el primer análisis, los hallazgos correspondían a un hombre que habría tenido 30 años a la hora de su muerte, la cual se produjo en condiciones de tortura.

En este sentido, los investigadores detallaron que lo que diferenció a las ejecuciones romanas de otras fue la utilización de clavos para unir el cuerpo de la persona con las cruces.

“En este caso específico, y a pesar de las pobres condiciones de preservación, pudimos demostrar la presencia de signos en el esqueleto que demuestran una violencia similar a la crucifixión”, destacó Emanuela Gualdi, autora principal del documento.

Imagen del cuerpo encontrado en 2007 | Springer-Verlag GmbH
Imagen del cuerpo encontrado en 2007 | Springer-Verlag GmbH

El informe detalla que en el cuerpo existieron indicios de heridas de clavos solamente en los pies, no así en los brazos que estaban libres de señales de tortura.

De esta forma, se abrió la posibilidad de que los romanos también hubiesen atado las manos de sus ejecutados con sogas, evitando así la utilización de más metales.

Asimismo, los expertos detallaron cuáles fueron los orígenes sociales de quienes eran condenados a morir de esta forma, indicando que muchos eran de clase baja.

Restos que muestran cómo las estacas cruzaban los talones de los crucificados | Springer-Verlag GmbH
Restos que muestran cómo las estacas cruzaban los talones de los crucificados | Springer-Verlag GmbH

“La tumba irregular, la falta de bienes junto al cuerpo, la baja estatura y signos de tortura sugieren que podría haberse tratado de un prisionero o de un esclavo”, se indica en el informe.

A esto se agregó: “Este tipo de ejecución se reservaba para los esclavos. La marginalización indica que el individuo era considerado peligroso por la sociedad en la que vivía y que fue rechazado tras su muerte”.

Cabe señalar que el primer antecedente, que daba cuenta cómo eran las crucifixiones en el Imperio Romano, data de un cuerpo encontrado en 1968. En ese entonces, se corroboró la utilización de clavos durante esas ejecuciones.