El austríaco Josef Fritzl, condenado a cadena perpetua en 2009, recibió este jueves permiso para salir de la zona de alta seguridad donde estaba encarcelado.

Un tribunal de Austria ha decidido este jueves el envío a una prisión para delincuentes comunes de Josef Fritzl, conocido como el ‘Monstruo de Amstteten’, condenado en 2009 a cadena perpetua por haber encerrado en un sótano y violado a su hija durante 24 años, una pena que ha cumplido hasta ahora en un centro para sentenciados con problemas mentales.

El sujeto, que el próximo abril cumple 89 años, encerró a su propia hija en 1984, la agredió sexualmente durante años y tuvo con ella siete hijos, que nacieron en el sótano de la casa familiar, sin que el resto de la familia se enterara.

La decisión judicial, que no será ejecutada hasta que sea firme, significa que seguirá cumpliendo su condena en prisión, aunque su defensa sigue solicitando la libertad condicional y considera esta medida como un primer paso para su salida de la cárcel.

Esa petición de libertad condicional general, con todo, fue rechazada este jueves por el tribunal.

Si el dictamen no es recurrido, Josef Fritz, que según los medios austríacos cambió hace tiempo su apellido a Mayrhoff, pasará los próximos diez años en una prisión bajo la condición de que siga una terapia psiquiátrica.

Monstruo de Amstteten estará en una cárcel común

La decisión de que salga del centro psiquiátrico se ha basado en un peritaje que señala que debido a la demencia que sufre ya no se dan las circunstancias para sus actuales condiciones de internamiento.

La defensa ha indicado también que el tribunal ha señalado que el condenado ya no es peligroso, informa la agencia APA. Su abogada, Astrid Wagner, ha asegurado que su cliente “está absolutamente lleno de remordimientos”.

El juicio contra el ‘Monstruo de Amstteten’ comenzó el 16 de marzo de 2009, siendo acusado de asesinato, violación, incesto y privación de libertad. Durante el proceso, afirmó que violar a su hija se convirtió en una adicción.

Tras una inicial negación de los cargos, Fritzl acabó declarándose culpable.

Un examen psiquiátrico reveló una “alteración de las preferencias sexuales”, un enorme narcisismo y una “incapacidad emocional” de sentir empatía con el sufrimiento de sus víctimas.

El 19 de marzo de 2009, fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua, que comenzó a cumplir en una institución para criminales con trastorno psiquiátrico de Austria.