Soldados fantasmas. Artistas verdeolivo. No tuvieron, como sugiere la historia, la vocación de enlistarse en plena segunda guerra mundial. Sin embargo, con arte, ayudaron a derrotar al poderoso enemigo.

“El Ejército fantasma” fue el resultado del reclutamiento de 1.100 hombres en diversas escuelas de arte de EUA y agencias de publicidad. Eran artistas, arquitectos, actores, escenógrafos, ingenieros, técnicos en sonido. No sabían acertarle a blancos a distancia, cual francotirador, o saltar en paracaídas. No obstante, hicieron de el engaño visual y auditivo su táctica de guerra efectiva.

Han pasado 76 años del histórico desembarco de Normandía. “El día D” para acabar con la amenaza del Führer. Adolf Hitler era, por esos tiempos, el hombre más temido y el que unió a las denominadas fuerzas aliadas en un frente común.

Requerían entonces de los hombres más valientes pero también de los más creativos para ganar la guerra.

PBS / USA ARMY
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Los inflables de avanzada

Hitler y su Ejército tenían todos sus radares puestos en los movimientos aliados, desde los acantilados ingleses de Dover hasta el puerto Calais en Francia. Ni como sospechar de una táctica tan fuera de lo común que la hacía ver ridículamente falsa.

La 603ª compañía fue la encargada de poner visiones a la obra. Los soldados de élite (artística) eran los encargados de inflar y colocar sendos inflables en forma de tanques en posiciones estratégicas que daban la sensación de un mayor número de vehículos de avanzada. Era una táctica en la que pesaba más el engaño que su herramienta.

Previo al desembarco de Normandía, los soldados fantasmas lograron colocarse en 22 puntos estratégicos. Estacionados lo más lejos posible para que no se notaran sus características peculiares en las zonas controladas por los aliados, un tanque real era el encargado de dar vuelta en círculos por el mismo cuadrante, con el fin de hacerle sentir a los locales que estaban numéricamente preparados para la guerra.

PBS / USA ARMY
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En una ocasión, según el relato de la hija de uno de los generales encargados de la estrategia, estuvieron a punto de ser descubiertos por un granjero alemán que se acercó lo suficiente a uno de los tanques inflables. Sin embargo, uno de los uniformados pudo sortear el descuido con una conversación amena, según se relató en el canal Discovery Science.

No solo los tanques formaban parte del engaño visual. Cañones, aviones, jeeps y otros todo terreno militares eran inflados y camuflados de forma tal que fueran detectados por el enemigo ya diezmado, que informaba a su comando central de los movimientos de los aliados.

Los efectos de sonido del “Ejército fantasma”

No hacía falta ser un experto en minas. Los técnicos en radio e ingenieros de sonido hacían explotar su conocimiento en efectos auditivos para acompañar a la escena de poderío inflable.

Enlistados en la 3132 Signal Service Company los profesionales de los Laboratorios Bell (AT&T) trasladaron desde su natal país la grabación de sonidos específicos, entre estos: aviones despegando, tanques desplazándose en un gran número y hasta fuego de artillería.

El equipo de sonido era de los más potentes, como la estrategia, para aportar el toque de dramatismo esperado. Podía escucharse a 24 kilómetros de distancia. Todo un festival del engaño.

Los altavoces fueron montados en camiones orugas frente al Canal de la Mancha. El rugir de los amplificadores se fusionaba con el estruendo real de la guerra. Artistas y militares reales ya actuaban como un solo Ejército.

PBS / USA ARMY
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El colmo de la treta llegó cuando se hicieron pasar por telegrafistas falsos, empleando, incluso, clave Morse. La distracción al enemigo fue de enormes proporciones y lo mantuvo ocupado tratando de descifrar a un fantasma extranjero y juguetón.

El mismísimo Winston Churchill, líder británico, hablaba ante la Cámara de los Comunes para destacar la presencia de los soldados fantasmas: «Es el primero de una serie de desembarcos», decía.

Ya para el 6 de junio de 1944, el engaño era tal, que cientos de maniquíes fueron lanzados al mar por parte de la aviación inglesa. El paquete incluyó centenares de piezas de aluminio para saturar los radares alemanes. Fue una operación contundente y clave para la victoria aliada.

PBS / USA ARMY
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Un Ejército invisible y sin condecoración

Tuvieron que pasar más de 7 décadas para develar uno de los secretos mejor guardados de la estrategia militar estadounidense en la segunda guerra mundial.

Cuando la victoria estaba más que avanzada, los sobrevivientes de la batalla final llegaban a Estados Unidos para recibir su respectiva condecoración. Una a una, las consideradas valientes y patriotas brigadas veían materializado el triunfo en orgullosas ceremonias. Todas, menos las brigadas del “Ejército fantasma”.

Fuentes militares citadas en el documental de Discovery Science, revelaron que condecorar a tropas conformadas por artistas, era un precio muy grande que el alto mando militar de EUA no estaba dispuesto a pagar. Se trataba además de una estrategia tan efectiva que -de llegar a conocerse- podía a ser empleada en su contra, con enemigos aún acechando en el concierto político y militar mundial.

Fue hasta en la historia reciente que diversas piezas audiovisuales realizaron una especie de homenaje a una táctica que vistió de verdeolivo, pero fue más artística que militar.

La escenografía, música, creatividad y otras áreas se pusieron a tono con la estrategia militar y, aunque no correspondida en condecoración, pusieron en primera plana a uno de los más célebres fantasmas que espantó al poderío nazi.

Después de todo, con únicamente 3 bajas que lamentar, se les atribuye haber evitado la muerte de entre 15 mil y 30 mil soldados estadounidenses.

PBS / USA ARMY
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