Una mujer de origen hispano está rumbo a ser ejecutada en Estados Unidos. En 2007, la policía de Texas la interrogó durante 7 horas, hasta la madrugada, luego de ser arrestada por la muerte de su hija de dos años, la que había caído por las escaleras de su casa. Un descuido la llevó a ser tratada como una asesina y próxima a recibir la pena capital en abril de 2022.

El nombre Melissa Lucio inundó los periódicos estadounidenses en 2008. En estos, era señalada como la asesina de Mariah Álvarez, su propia hija de tan solo 2 años.

En la actualidad, a 15 años de esa noticia, un grupo de abogados solicitó -el pasado martes- una petición de clemencia para la mujer que fue condenada a la inyección letal, acusada de la muerte de la pequeña Mariah, ocurrida en su vivienda. Alegan que se presentó documentación con falso testimonio médico, entre otras irregularidades.

Melissa está en el corredor de la muerte. La estadounidense, de origen mexicano, pasó a ser la primera hispana condenada a ser ejecutada en los últimos años en Texas. Sus abogados reconocen que están contra el reloj, pero que la gente sepa del caso los tiene esperanzados, igual que a los hijos de Lucio, 14 en total.

Conocer todos los ángulos de este suceso se vuelve vital para comprender por qué está tomando relevancia. Más aún, dado que la fecha de ejecución fue programada para el 27 de abril próximo.

La cineasta Sabrina Van Tassel realizó el año pasado un documental sobre el caso de Melissa Lucio y lo que considera una apresurada forma de justicia texana, que tiene a una latina en el corredor de la muerte.

“Hay un conflicto de interés y todo indica que ellos quieren que muera lo antes posible, porque el caso ha hecho mucho ruido y la película que dirigí sobre ella fue vista en todo el mundo”, dice Tassel, una de las principales abanderadas por frenar la ejecución de Lucio en conversación con el portal Brut.

Melissa Lucio es la primera hispana en décadas en ir al corredor de la muerte en Texas.
NBC

Melissa Lucio: la caída y muerte de su hija

El antes y después de Melissa Lucio no puede determinarse con el nacimiento de sus hijos, sino, con la muerte de uno de estos.

Cuando todos en su casa de Texas, estaban próximos a mudarse, lo que ella describió más adelante como un accidente, les marcó la vida e irónicamente a ella, la fecha de muerte.

Mariah Álvarez, de dos años de nacida, jugaba por la casa mientras su madre y su papá, Roberto Álvarez, se preparaban para un cambio de hogar, según consigna en una nota, la cadena estadounidense NBC. Era el 15 de febrero del año 2007.

Según los relatos de Melissa Lucio, su hija cayó por las gradas de la casa, causándose golpes que no fueron considerados por la pareja como graves. No la llevaron al hospital para una revisión que descartara riesgos.

Sin embargo, 48 horas después una ambulancia trasladaba a la niña a un hospital texano. No presentaba signos vitales. Los médicos de ese entonces vieron sospechosos los golpes en el cuerpo de la menor, además de una lesión a nivel craneal. La niña fue declarada muerta en el lugar y las sospechas se volcaron hacia su principal cuidadora: su madre.

La policía se llevó detenida a Lucio, quien en ese momento estaba embarazada de mellizos.

El brutal interrogatorio contra Melissa Lucio duró 7 horas.
NBC / Texas

El brutal interrogatorio policial de 7 horas

El tipo de interrogatorio que enfilaron sobre la mujer de origen hispano es uno de los argumentos más fuertes para que sus representantes legales consideren que, debido a este, ella esté a un paso de perder la vida injustamente.

Y es que los policías texanos aparecen en una grabación, horas después de la muerte de Mariah, en una maratónica jornada de preguntas que se extendió por 7 horas, contra la mujer que acaba de perder a su hija.

El material audiovisual, de hecho, fue presentado recientemente en el programa Last Week Tonight With John Oliver, en el que el periodista de origen británico enfiló su mordaz crítica tanto contra el sistema judicial estadounidense y, principalmente, con la forma en que los sherifs texanos llevaron a Melissa a supuestamente reconocer que ella mató a la niña, cuando nunca lo dijo de forma literal.

“Esta es tu oportunidad de aclararlo todo, porque ahora te arriesgas a la pena de muerte”, le decía uno de los uniformados, mientras ella niega con la cabeza cualquier culpa.

– “Esto parece un asesinato a sangre fría”.
– “No”.
– “¿O eres una madre frustrada que se desquitó con su hija? Sabemos que alguien lo hizo. Solo intentamos saber quién. Y si no fuiste tú, no creo que alguien haya entrado en medio de la noche a buscar a tu hija específicamente y la haya atacado”.

Melissa articula. No obstante. La estrategia del policía bueno apareció en poco tiempo.

“Melissa, escucha, estas cosas suceden, ¿bueno? Todos cometemos errores (Melissa niega con la cabeza) Todo el mundo se enoja. Ya sabemos lo que pasó”.

La mujer fue presuntamente llevada a admitir que en el pasado le propinó nalgadas a la niña. De ahí que, a la fecha, se encuentre en el corredor de la muerte que inició prácticamente desde ese momento.

“Sé que es molesto verlo, pero es realmente importante ver cuán agresivo y manipulador puede ser el sistema en los momentos más vulnerables de alguien que conduce a cosas como confesiones falsas”, aseguró el periodista John Oliver.

La hispana a un paso de la inyección letal con pruebas “no científicas”

En Texas, el corredor de la muerte verá transitar, si todo sale como la justicia lo tiene previsto, a una hispana sentenciada por torturar y asesinar a su hija Mariah Álvarez de 2 años. Melissa Lucio, de 53 años, morirá por inyección letal el 27 de abril.

La solicitud de clemencia, que fue presentada por un grupo de abogados, no pide un indulto completo. Solicita una conmutación de su sentencia de muerte por una pena menor, o al menos, una suspensión de 120 días de la ejecución, mientras busca un nuevo juicio.

¿En qué se basa? Consideran que fue condenada por evidencia “no científica” y “falsa”, y una confesión poco confiable que era “esencialmente una ‘regurgitación’ de hechos y palabras que los oficiales le dieron”.

Insistiendo en el brutal y maratónico interrogatorio de 7 horas en su contra, los juristas plasmaron en el pedido de clemencia que el “interrogatorio nocturno aumentó aún más el riesgo de que se incriminara falsamente”. Cabe recordar que ella admitió en un momento haberle propinado nalgadas a la menor en forma de castigo.

“La muerte de Mariah fue una tragedia, no un asesinato”, aseguró la abogada de Lucio, Vanessa Potkin, de Innocence Project, durante una conferencia de prensa el pasado martes 22 de marzo.

“Sería un mensaje absolutamente devastador si esta ejecución siguiera adelante. Enviaría un mensaje de que la inocencia no importa”, sostuvo Potkin, asegurando que la sentenciada fue abusada sexualmente desde los seis años, tuvo dos parejas que la abusaron físicamente y eso la convirtió en blanco, porque era “extremadamente vulnerable y susceptible” de ser interrogada por policías varones.

Una situación que saltó a la palestra pública, es que el fiscal que presentó información contra Lucio, Armando Villalobos, fue condenado en 2014 a 13 años de encierro en una prisión federal por participar en un plan de soborno y extorsión.

En tanto, uno de los hijos de Lucio, Bobby Alvarez, dijo que su ejecución sería un trauma que no podría superar.

“Si la ejecutaran… ya no podría funcionar”, manifestó en un comunicado que fue incluido en la solicitud de clemencia.

Cuando su madre fue sentenciada, Álvarez tenía 8 años. “Ella es mi mamá… les ruego que no la ejecuten”

A los hijos de Melissa Lucio no se les permitió ser testigos en el juicio, para testificar que su hermana cayó por las escaleras, tal como esta mujer lo aseguró desde un inicio de esta tragedia, que ahora la tiene al borde de la inyección letal.