Medios en Argentina dieron a conocer hace algunas semanas la dura historia de un profesor de 27 años que murió de coronavirus. Durante su hospitalización, el docente lanzó varias reflexiones en torno a la pandemia.

De acuerdo al reporte del diario argentino La Voz, Guillermo Javier Migliorini había adquirido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19, pero no había podido completar el proceso debido a escasez en la ciudad de Mar del Plata.

El pasado 10 de mayo, el profesor había escrito en sus redes sociales respecto a su estado de salud, mientras permanecía internado en un centro de salud con síntomas graves.

“Desde el martes sé que estoy con Covid, los síntomas: fiebre muy alta que no se baja y dificultad para respirar. Lamentablemente, mi hermano mayor también presentó síntomas y por lo tanto continúa aislado en su pieza. A pesar de todo, se ocupó siempre de cuidarme y llevarme a la guardia cuando los síntomas arreciaban”, indicó en ese momento.

“Anoche entré en internación porque no saturaba bien. Tengo mucha fe en los profesionales que me cuidan, y en las personas que me quieren y están tirando rezos, oraciones y buenas energías”, agregó.

Guillermo Javier Migliorini y sus alumnos

En la misma publicación, Migliorini se refirió a las insistencias de autoridades locales por volver a las clases presenciales en el contexto actual de pandemia.

“Si viajas al cole en auto, piensa en quienes usan colectivo, con las ventanas totalmente cerradas. Si vas al colegio en Mar del Plata, piensa en cuánto falta para que lleguen los fríos, las heladas y nos obliguen a tener que mantener las clases muertos de frío (nosotros y los chicos)”, indicó.

Tras eso expuso otra reflexión: “La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación”.

El deceso del docente se produjo el pasado 15 de mayo, por complicaciones derivadas de COVID-19. Tras conocerse esto desde el colegio donde trabajaba expresaron su admiración por el trabajo realizado.

“Era un ejemplo de profesor; comprometido profundamente con la sociedad de su tiempo y con todos sus alumnos. Un trabajador de la educación entusiasta y siempre alegre”, escribieron.