Los habitantes de San Nicolás (al norte de la Provincia de Buenos Aires) no salen de su asombro y consternación.

La noticia, que involucra a uno de sus más inocentes habitantes, ya es de interés nacional e internacional.

Un niño, de tan solo 2 años de vida, fue violado. Acusan a su padre de la barbarie, que ha traído más consecuencias de las que ya ameritan estos casos.

La madre del menor de edad lo llevó al Hospital Interzonal General de Agudos San Felipe, donde aseguró que el sujeto, un ciudadano de origen colombiano y padre biológico del menor, lo abusó sexualmente.

Ante las evidentes lesiones genitales, médicos del recinto constataron el hecho y dieron parte a las autoridades.

Además de la vejación, detectaron que el menor fue contagiado de sífilis, una enfermedad de transmisión sexual (ETS) bacteriana que, de no tratarse a tiempo, puede causar graves daños e incluso la muerte. Se trata de una cruel experiencia para cualquier ser humano, producto de un abuso, que se amplifica si la víctima tiene apenas 24 meses de vida.

Medios locales como tn8tv consignaron la noticia e informaron que el menor sufrió, según el parte médico, violación en forma reiterada.

Con el informe de los profesionales de la salud, la policía procedió a la captura del individuo, de quien por razones legales en el país trasandino, no se ha revelado el nombre.

La causa fue caratulada por el ministerio público como “Abuso sexual con acceso carnal reiterado”.

Otros medios fotografiaron al inculpado al momento de su captura, ocurrida el pasado 4 de marzo, pero este (de 34 años) compareció de espalda, tras ser capturado en un amplio operativo policial el mismo día de la denuncia de la madre del niño.

Poco se ha informado en los medios argentinos del estado de salud actual de la criatura. Todo lo que se refleja es la pronta respuesta de la madre y del personal médico del hospital San Felipe, donde constataron y denunciaron el abuso sexual, del cual derivó la sífilis, que tiene síntomas como el aparecimiento (inicialmente indoloro) de una llaga en los genitales o la zona anal.

Luego puede permanecer latente incluso por años, o desencadenarse con serios efectos: “Sin tratamiento, la sífilis puede dañar gravemente el corazón, el cerebro u otros órganos, y puede ser potencialmente mortal”, asegura la Clínica Mayo.

La otra niña de 2 años violada en Argentina

Contrario a la situación que la madre en San Nicolás debió enfrentar tras confirmar la violación en su pequeño hijo, otra progenitora en Argentina habría tratado de ocultar al violador de su hija, también de 2 años.

El caso ocurrió a finales de 2020 en Mar de Ajó, Provincia de Buenos Aires.

La niña fue llevada al Hospital municipal de la referida localidad por un dolor de estómago. Sin embargo, los médicos descubrieron que la menor de edad había sido abusada sexualmente.

Cuando comenzaron los cuestionamientos a la madre de la niña, trató de mentir sobre lo sucedido para salvar al señalado posteriormente como agresor: su novio.

“La nena se lastimó con la pelela (bacinica)”, aseguró, causando una reacción incrédula del personal médico que sospechaba del vejamen.

Los esfuerzos se concentraron en detener una severa hemorragia en la niña de 24 meses. Las autoridades fueron tras el presunto responsable de los actos. Una fotografía de este circulaba en redes sociales.

Poco tiempo después, cuando el parte médico estuvo listo y a disposición de las autoridades, no había duda de la violación de la que fue víctima la menor de edad. La tía paterna de esta encabezó sendas marchas en Mar de Ajó, en repudio a lo que hicieron a su sobrina. Condenó además la actitud de la madre de la menor que, pese al encubrimiento a su pareja, no fue detenida como cómplice.

“Ella fue su cómplice, no tenemos dudas y queremos que haya justicia para esta criatura”, decía la tía de la niña a los medios de comunicación argentinos.

La menor de edad se recuperó de la hemorragia. Su agresor, según TN, confesó tiempo después su criminal acto.

A inicios de 2020, el periódico El País ya presentaba una preocupante radiografía de la violencia sexual contra la niñez argentina.

La publicación sostiene que 8 de cada 10 niños en esa vecina nación, cuentan en la escuela el calvario por el que atravesaron.

“En el transcurso de la entrevista, ocho de cada diez niños dicen que pudieron comprender que fueron víctimas cuando la ESI (educadora sexual integral) les dio información. Al mismo tiempo, se dieron cuenta de que en la escuela se abría un espacio de confianza para contar lo sucedido”, aseguró Yael Bendel, identificada como asesora del Ministerio Público Tutelar.

Clases de Educación Sexual Integral (ESI) en el sistema educativo del país trasandino, permitieron a algunos menores de edad diferenciar el acoso del abuso sexual y las violaciones, algo que les motivó a contar sus casos y llegar a la verdad para castigar a los involucrados.

Un anuncio dio a conocer mejor la estrategia de trabajo de las ESI, para detectar abusos sexuales en los estudiantes.

No obstante, en los dos casos expuestos en este informe, los dos menores abusados no pudieron denunciar su situación ya que, a tan corta edad, no tuvieron la opción de gritar el nombre de su agresor.