Tras la publicación del artículo “Cómo la histórica Mansión Urrejola terminó siendo un Doggis y un Hites en Concepción”, la cadena de comida rápida perteneciente a G&N Brands envió una declaración a BioBioChile asegurando que el uso con fines culinarios de ese lugar, declarado Monumento Histórico en 1995, “va de la mano con preservar nuestra cultura”.

La empresa, en el escrito, sostuvo que están “muy orgullosos de darle vida” a la zona histórica y que creen que, a causa de su historia, “este inmueble no puede quedar abandonado o a la suerte de un destino incierto”.

Aseguraron, además, que su menú refleja que están “siempre destacando el concepto de la chilenidad” y que consideran “que ofrecer preparaciones típicas de nuestro país en esta histórica esquina de Concepción va de la mano con preservar nuestra cultura”.

Respecto de las “preparaciones típicas” locales, señalaron más tarde, hacían referencia a la utilización de palta en “hot dogs” y sándwiches, además de campañas de Fiestas Patrias donde se utilizan alimentos nacionales.

La mansión, ubicada en la esquina de Barros Arana con Castellón, fue mandada a construir en 1915 por el filántropo penquista Pedro Del Río y Zañartu para su esposa Carmen Urrejola. Fue terminada en 1917 y su dueño, fallecido un año después, no alcanzó a utilizarla quedando en manos de su mujer.

La mansión, comentó el historiador local Alejandro Mihovilovich, tenía dos plantas con un estilo neoclásico y decoraciones del estilo Art Nouveau. Armando Cartes, director del Archivo Histórico de Concepción, especificó que la casona siempre estuvo pensada con una primera planta destinada al comercio.

El documento que declara Monumento Histórico el lugar dice que “es uno de los pocos testimonios arquitectónicos que va quedando del pasado histórico de Concepción”.

La importancia de este lugar, según los archivos, radica en su arquitectura y en las tertulias realizadas en ella mientras era habitada por Urrejola, en la que habrían asistido las más importantes familias de la zona.

Tras el fallecimiento de la mujer, la mansión fue alquilada constantemente mientras iba deteriorándose. En 2006 arribó la tienda comercial Hites, que comenzó un proceso de desmantelación interno para dar paso a la venta minorista. También, junto a ellos, llegó la cadena Doggis.

“Se perdieron muchas partes interiores, muchas decoraciones (…) Lo bueno, no obstante, es que si no hubiese sido adaptado y reforzado tal vez no habría resistido el terremoto de 2010. Esa es la realidad de Concepción”, advirtió Cartes.