Mientras gran parte de la población aplaude la labor de trabajadores que permiten que las sociedades sigan funcionando durante la pandemia de coronavirus, hay personas que no ven sus empleos con los mismos ojos.

Miriam Armero, una cajera de supermercado en Cartegena, España, es víctima de ellos. A través de sus redes sociales contó cómo sus vecinos le escribieron una carta pidiéndole que se cambie de casa por el riesgo que significa su trabajo.

“Somos tus vecinos y queremos pedirte que por el bien de todos, te busques otra vivienda mientras dure esto. Ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas, y no queremos más riesgos. Gracias”, se lee en la misiva.

Lo que más le dolió a la mujer no fue la carta en sí, sino que el hecho que su hijo de 10 años la encontrara. “Todavía estoy que no me lo creo”, reconoció.

“Me parece un poco cobarde dejarla debajo de la puerta de mi casa, que la coja mi hijo de 10 años y la lea. Que mi hijo se tenga que poner a llorar pensando que nos van a echar de la casa porque su madre trabaja en un supermercado”, afirmó.

“Trabajo en un supermercado y estoy orgullosa de decirlo porque estamos ayudando a muchas personas, aún poniéndonos nosotros mismos en riesgo”, reconoció.

A pesar de su indignación, intentó mantener la calma. “He contado hasta 10 para no salir a la puerta de la casa y cagarme en la puta madre de todo el mundo”, dijo, pero agregó que responderá.

“Lo he pensado mucho y voy a contestar a la nota… me da lo mismo. Voy a dejar una notita abajo… Quien tenga un problema, que venga a mi casa y me lo diga a mi, estaré encantada de contestarle”, sentenció.

“Aquí la gente no se da cuenta que quienes trabajamos en supermercado también tenemos familia, también estamos en riesgo, nos exponemos a contagiarnos y a contagiar a nuestras familias”, recalcó.

Además, la mujer y el dueño de la casa que ella arrienda interpondrán una denuncia a la comunidad por el hecho. “No voy a consentir que dejen anónimos debajo de mi puerta y no me voy a ir de mi casa. Yo sé perfectamente lo que tengo que hacer cuando llego a mi casa. Yo soy la que le puede darle un puto beso a mi hijo, hasta que me quito la ropa. Así que no me van a venir a dar lecciones”, aseguró.

“Escribí la nota con buenas palabras, porque me estoy conteniendo, pero prefiero que la persona (que escribió el anónimo) tenga los cojones de venir a mi casa porque le voy a contestar de otra manera”, dijo.

“Y es que no sé que más decir, porque tengo a mi hijo llorando, lo estoy viendo desde aquí y está llorando. Y me voy a contener mucho porque… no hay derecho a esto. Ya tenemos bastante nosotros con lo que tenemos que pasar todos los días, para tener que soportar esto”, finalizó.

A través de redes sociales es posible encontrar varias denuncias de este tipo donde incluso personal de la salud ha recibido mensajes amenazantes de sus vecinos, para que se muden de sus hogares por temor al contagio.