Esta semana se 'revivió' en redes sociales el caso de un adolescente muerto por un chupón de parte de su novia, en 2016. Según expertos, el riesgo de esta práctica es bajo, pero está latente bajo ciertas condiciones.

El pasado miércoles se viralizó el caso de un joven mexicano llamado Julio Macías González, quien en 2016 murió a raíz de un chupón (chupetón) que recibió de su novia, en un momento de pasión ¿Qué tanto riesgo puede haber en esta práctica?

De acuerdo a lo que se reportó en ese entonces, el muchacho comenzó a sufrir fuertes convulsiones. Sus padres contactaron a los servicios de salud, pero no pudieron hacer mucho por salvar su vida.

Estudios posteriores determinaron que la muerte de Macías González estaba directamente relacionada con el chupón, debido a que había existido una succión de la vena en el cuello.

Esto a su vez formó un coágulo que se trasladó hasta el cerebro del joven, quien a la postre sufriría un derrame cerebral.

En el mundo existe otro antecedente, aún más antiguo. Este tiene relación con una mujer que en 2011 sufrió una parálisis temporal parcial, a raíz de la misma práctica. En ese entonces tenía 44 años.

Doce años atrás la diagnosticaron con un infarto menor, debido a que el coágulo formado por el chupón había llegado hasta el corazón, provocando los daños antes expuestos

¿Cuál es el riesgo de morir por un ‘chupón’?

El hematólogo Charles Abrams, académico de la Universidad de Pensilvania y expresidente de la Sociedad Norteamericana de Hematología, aseguró a Popular Science que el riesgo es bajo, pero existe.

“Podría suceder si los vasos sanguíneos de una persona se rompen durante el mordisco. Pero creo que eso sería bastante difícil de hacer”, explicó.

“Es más probable que se formen coágulos cuando el flujo de sangre es lento y puede estar relacionado con una variedad de condiciones diferentes”, agregó.

En este sentido, el especialista indicó existía riesgo en caso que un coágulo corte la circulación, precisamente, hacia el corazón y el cerebro.

“Estoy muy sorprendido de que un chupetón realmente pueda hacer esto. Tiene que ser un trauma real para causar un coágulo arterial, probablemente mucho más significativo que el trauma que se necesita para formar un coágulo en una vena”, concluyó.