Es el bolígrafo más popular y reconocible del mercado: el lápiz pasta BIC. Este objeto de culto -que todos hemos tenido alguna vez en nuestras manos- esconde una serie de datos curiosos.

Un simple ejercicio puede hablar de su popularidad: piensa cuántas veces tuviste en tus manos un lápiz BIC (ese transparente de tapa azul).

Si le haces esa misma pregunta a cualquier otra persona, de seguro no podrán hablar de “cuántas veces” porque podrían ser demasiadas.

El bolígrafo más popular del mercado -modelo “BIC Cristal”- cumplió 73 años y en toda su trayectoria sólo tuvo unas pequeñas modificaciones de diseño, por lo que desde que salió a la venta no ha registrado grandes inversiones en innovación o aspecto.

¿El secreto de su éxito?: es económico y funcional.

La empresa tras este lápiz es la francesa Société BIC, que también fabrica encendedores y máquinas de afeitar.

Los secretos del lápiz BIC

Pero el BIC Cristal es más que un lápiz: es un producto de culto, siempre presente en la cultura popular (y protagonistas de apuntes varios hasta importantes acuerdos entre países).

De acuerdo a los registros de su historia, con este objeto se buscó reemplazar a las plumas estilográficas entre 1950 y 1960, para que así quien necesitara escribir no tuviese que estar cargando el bolígrafo con tinta. Algo que además era caro.

Y con el BIC se aseguró lo siguiente: un lápiz cuya tinta se acaba después de escribir 232 cartas en hoja A4 (algo equivalente a un trazado de poco más de 2 Km de distancia).

BIC

Cerca de 1960 la compañía francesa tras este lápiz decidió llevar su producto estrella al mercado estadounidense: lo lanzó con la frase publicitaria “Escribe todo el tiempo, como nunca lo habías hecho”.

Y fue un éxito, hasta el día de hoy.

Los entendidos en materia de bolígrafos le celebran su forma hexagonal, inspirada en los lápices de madera, lo que ayuda a que sea de fácil agarre al momento de escribir.

Un lápiz BIC no sólo sirve para escribir

La cantidad de usos que le han dado al lápiz BIC Cristal es amplia y variada (y curiosa).

En los años 80 y 90, cuando se necesitaba rebobinar un cassette, este lápiz fue el instrumento que ayudó a prolongar la vida útil de las pilas del personal estéreo (y de paso una ayuda con el ahorro).

Y en los colegios y universidades ha funcionado como “cómplice” para más de alguna estrategia de torpedos.

Punto a parte es el uso que también los estudiantes le han dado como cerbatana para lanzar a otros compañeros las cáscaras de naranja.

¿Otro uso más? Sí, lo hay: las mujeres lo utilizan para tomarse el pelo.

Y conforme a archivos de prensa de BBCL que también destacaron la historia del lápiz BIC, existen casos documentados de que su tubo ha sido utilizado para efectuar traqueotomías de emergencia, lo cual, aunque ha salvado vidas, no se recomienda si este procedimiento no es efectuado por alguien con los conocimientos correspondientes.

Los agujeros en el lápiz BIC

En 1991, sus fabricantes decidieron modificar la tapa para “salvar vidas”.

Se le incorporó un agujero en las tapas con el fin de minimizar el riesgo para los niños que accidentalmente las tragaran.

El orificio permite que en caso de que el objeto se quede atascado en la tráquea, el aire pase igual y el menor pueda seguir respirando. De este modo, la persona puede sobrevivir mientras espera por asistencia médica.

En tanto, el pequeño agujero que se encuentra en la mitad del lápiz tiene también una función: igualar la presión dentro del bolígrafo con la presión fuera de él.

En términos simples, ayuda a prevenir fugas de la tinta.

La reinvención

En 2014 se estrenó un nuevo modelo inspirado en el tradicional, el BIC Cristal Stylus, adaptado a los cambios tecnológicos.

El lápiz que se presentó al mercado tenía en uno de sus extremos una punta de goma compatible con tablets y smartphones.

Sin embargo, el bolígrafo no quedó en el inconsciente colectivo; y el BIC Cristal “clásico” continúa siendo hasta hoy el lápiz más famoso y popular del mundo.