Este 31 de diciembre, a las 00:00 horas, serán muchos los que realizarán ciertos ritos para atraer energías positivas en diversos ámbitos para este 2019.

Sin duda que los más supersticiosos ya se están preparando para llevar a cabo sus cábalas y así comenzar de la mejor manera un nuevo año.

Son muchas las tradiciones las que miles de chilenos realizarán durante año nuevo, y una que sin duda estará presente será la de llevar puesto un calzón, o calzoncillo, amarillo.

¿Para qué se supone que ayuda esta práctica? ¿Y de dónde viene su significado?

Lo primero que hay que saber es su significado. Según se cree popularmente, esta prenda, y en este tono, sirve para atraer la abundancia en todos los sentidos, desde la pasión, la fecundidad, y hasta la energía vital.

En cuanto al amarillo, hay más de una teoría. Una de ellas se basa en la relación del amarillo con el Sol.

Es así como en el plano espiritual, la gran estrella se asocia a lo eterno, a las energías sin límites.

Portales como Típico Chile explican que esta es la razón por la cual, se supone, este color “se encargará de canalizar todas las buenas vibras y entregarle a usted un año nuevo como corresponde”.

Por su parte, el sitio Capital agrega que mientras que para ciertas culturas el amarillo significa madurez del otoño,para otros representa oro, el metal más noble que ha sido el símbolo de la riqueza.

Cabe señalar que en Chile, la tradición indica que la ropa interior amarilla debe ser regalada. No obstante, otros plantean que debe ser usada al revés para asegurar un año con mayor pasión.

“Más que con los calzones amarillos, la tradición tiene que ver con el color”, explicó en 2016 a la agencia de noticias AFP el escritor Héctor Velis-Meza, autor del libro “La historia secreta de la Navidad y el Año Nuevo”, en el que plantea que aunque el amarillo normalmente se ha asociado a la mala suerte, en este caso hace referencia al Sol, que representa la eternidad.

¿Por qué creemos en la supersticiones?

Al menos en Chile, todo comenzó con la evangelización durante la conquista española, época que estuvo marcada notoriamente por las creencias católicas.

Tal como explica el portal Memoria Chilena, a partir de este momento “se desarrollaron una serie de cultos y sistemas de creencias que no siempre encajaban con el modelo religioso impuesto por la autoridad eclesiástica”.

Ya durante el siglo XIX y XX las supersticiones fueron combatidas, ya que se consideraba que “impedían la difusión de un pensamiento científico y racional en los sectores populares”.

Cabe señalar que este tema no es exclusivo para Sudamérica ni mucho menos para Chile. Tal como recoge el sitio The Objective, en Estados Unidos hay muchos rascacielos que no cuentan con la planta 13, mientras que diversos hoteles prefieren saltar el número en sus habitaciones.

El citado medio menciona que generalmente la creencia en fenómenos irracionales tiene relación con alguna experiencia negativa. Hay quienes creen que la superstición entrega una sensación de control, minimizando la ansiedad.

Una investigación publicada en Alemania en 1982 reveló que las supersticiones aumentan durante las situaciones adversas. En ese sentido, agrega, pueden ser positivas, ya que ofrecen la oportunidad de adoptar otra mentalidad diferentes ante la vida, y así tener otra actitud.