Un antiguo estudio republicado por una prestigiosa revista científica podría, por fin, entregar algo de comprensión al mal que ha perseguido a los médicos por décadas, ya que dentro de sus conclusiones aporta que las personas que tienen letra menos estética suelen ser más inteligentes.

La investigación fue desarrollada por psicólogos de la Universidad de Yale (EEUU), publicada por The American Journal of Psychology y destacada hace dos días por el diario español La Vanguardia. Allí se observa el comportamiento de grupos de estudiantes en cinco escuelas norteamericanas (el tiempo de análisis no fue precisado).

En el documento se explicita que los alumnos que obtenían mejores calificaciones tenían la tendencia a expresar sus ideas en papel con letras menos elaboradas que el resto, aunque esto no influía en su redacción y ortografía.

Según el artículo, los niños demostraron que sus cerebros trabajaban más rápido que sus manos, por lo que se esforzaban más en integrar la mayor cantidad de información posible.

“Los niños con mala letra mostraban altas habilidades mentales y agilidad mental sobre el promedio. Para ellos era más importante la información que obtenían que esforzarse por una buena letra”, declararon.

picjumbo_com | Pixabay (CCO)
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De esta forma, los psicólogos explicaron que cuerpo y mente deben estar perfectamente conectados para que la caligrafía funcione correctamente, lo que se adquiere con la práctica constante.

“No sólo la muñeca y los dedos deben adoptar una posición correcta, sino que también los ojos deben seguir con atención lo que hace la mano”, indicó el informe.

Así también, según se detalla, es necesario precisar que los ojos deben estar muy atentos a las formas que se van elaborando a través de las manos, situación que no siempre es seguida el tiempo necesario.

“Hay que saber qué aspectos tienen las letras, cosa que requiere de una reflexión. Por eso, es normal que algunas personas tengan problemas con la escritura”, detallaron.

Por último, el grupo de profesionales indicó que la clave para mejorar la letra manuscrita es la constancia al escribir, por lo que instó a los trabajadores, de todas las áreas, a desarrollar esta práctica de forma frecuente.