Los animales otra vez enseñándonos. Un tierno cachorro llamado Oko, oriundo del condado de Somerset, Inglaterra, tomó el papel de perro guía para otro can, su amigo, un golden retriever que padece de ceguera total.

Se trata de Tao, de 11 años, quien perdió la vista luego que el año pasado lo afectara un agresivo glaucoma, una enfermedad que es común también en los humanos y que, en casos graves, lleva a la pérdida total de la visión.

Por el padecimiento fue que su dueña Melanie Jackson decidió buscarle un amigo. En ese momento fue que Oko, con sólo dos meses de vida, comenzó a formar “un vínculo especial”.

La historia fue narrada por el portal británico Daily Mail, quienes explicaron que ahora el cachorro tiene cuatro meses y se ha convertido en una compañía perfecta para Tao.

“(Lo del glaucoma) sucedió tan rápido que estaba bien por la mañana, pero por la noche estaba negando con la cabeza, lo que sugería que tenía dolor”, explicó la dueña al medio, añadiendo que sólo cinco horas después de presentar el síntoma ya estaba ciego.

Tras los primeros indicios, un veterinario decidió quitarle un ojo en un intento por evitar la propagación de la enfermedad, aunque más tarde le dijeron que era necesario extirparle el segundo. Por suerte, recordó, “pudimos controlar la presión durante algunas semanas aplicando gotas para los ojos”.

No obstante, en enero debieron removerle su único ojo, por lo que debió aprender nuevas formas de comunicarse y evitar los riesgos. No fue difícil, deslizó Jackson. “Tao comenzó a subir y bajar las escaleras solo tres días después de su operación”, aseguró.

Aún así, en la espera de una adaptación rápida, la dueña decidió llevar al cachorro Oko, quien ahora lo acompaña en sus paseos y hasta duermen juntos.

Videos y fotografías publicados en la cuenta de Instagram de Tao, los muestra jugando mientras Jackson cuida de ellos.