Victoria Brady de 33 años, padece de una enfermedad que aqueja a muchas mujeres en el mundo: Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP). Dicho síndrome incluye una serie de problemas y dificultades físicas, siendo peso uno de los principales enemigos para quien lo padece.

Según la Clínica Mayo, las mujeres con síndrome de ovario poliquístico puede tener periodos menstruales infrecuentes o prolongados o niveles excesivos de hormonas masculinas (andrógenos). Los ovarios pueden desarrollar numerosas pequeñas acumulaciones de líquido (folículos) y no liberar óvulos con regularidad.

Además de padecer esto, Victoria fue diagnosticada con resistencia a la insulina, una situación que agrava su condición, debido al aumento de azúcar en la sangre y generando que las células del cuerpo no respondan adecuadamente a la insulina.

“Me diagnosticaron el síndrome de ovario poliquístico y tuve problemas de resistencia a la insulina mientras estaba en la universidad. Como no hay cura para este trastorno hormonal, los médicos siempre me decían que tenía que perder peso para controlar los síntomas de la enfermedad“, explicó Victoria al sitio Women’s Health.

Como Victoria tiene resistencia a la insulina, decidió seguir una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas. “Eliminé de mi dieta los carbohidratos blancos (azúcar, pan, pasta y arroz), los alimentos fritos, el alcohol, la carne de vacuno y de cerdo. También empecé a consumir tres litros de agua al día”.

Su desayuno es comer claras de huevo revueltas con salchicha de pollo o pavo, espinacas, cebolla y un trozo de pomelo. Para el almuerzo, Victoria hamburguesa de pavo en un pan multicereal o integral y brócoli al vapor.

Como colación consume una manzana con mantequilla de maní más un puñado de almendras, mientras que en la cena salmón a la parrilla con col y zanahorias al vapor, sumando de postre frutillas con chocolate negro.

“A medida que me sentía más cómoda con la actividad física, empecé a ir al gimnasio y a seguir vídeos de ejercicios en YouTube. Empecé a asistir a clases de fitness en grupo e incluso trabajé con un entrenador durante un mes para aprender más sobre el entrenamiento de fuerza y el desarrollo de los músculos mientras perdía peso”, dijo Victoria al sitio antes citado.

La mujer agrega que “según avanzaba en mi propósito, me enamoré del fitness y supe que quería ayudar a otros a lograr sus objetivos de pérdida de peso y de ponerse en forma. En 2019 me convertí en entrenadora personal certificada a través del Consejo Americano de Ejercicio (ACE)”.

Para Victoria hubo tres cosas que hicieron cambios realmente significativos en ella y su proceso. Encontró alternativas saludables para la comida que le gustaba como la pizza, puso su foco en metas y objetivos que pudiera cumplir a corto plazo y aumentó la ingesta de agua diaria.

Con su rigurosidad, Victoria Brady perdió poco más de 60 kilos en un año. “Yo tuve que aprender que lo que le funciona a una persona puede no funcionarle a otra, y eso está bien. La parte más importante para tener éxito en este viaje fue encontrar una dieta que fuera sostenible para mi estilo de vida”, concluyó.

Actualmente, a través de sus redes sociales se dedica a enviar mensajes de apoyo y guía para otras mujeres que padezcan lo mismo, ya que en palabras de ella, ha tenido “mayores oportunidades que antes habría evitado”.