Las bajas tasas de vacunación ponen en peligro a los niños y a la población de riesgo, dicen los expertos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó hace algunos años la indecisión ante las vacunas, también conocida como “movimiento antivacunas”, como una de las principales amenazas para la salud. No es difícil entender por qué. Según las cifras del DEIS, en 2023 casi el 20% del total de la población de riesgo no recibió su vacuna anual contra la influenza, lo que les deja desprotegidos en un contexto de alta circulación del virus.

En efecto, las infecciones por virus respiratorios han crecido significativamente en el último año en Chile. En 2023 hubo más de 51.489 casos, un 22,4% más que en 2022.

Los expertos señalan que mitos y conceptos erróneos podrían estar llevando a algunas personas a optar por no llevar a niños y niñas a recibir su inmunización. Sin embargo, las investigaciones demuestran que la vacuna contra la influenza no sólo reduce la posibilidad de contraer influenza, sino que también puede prevenir entre el 70% y el 90% de las complicaciones relacionadas con esta enfermedad, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Por otra parte, los estudios muestran que las personas, especialmente los niños, pueden infectarse con la influenza y otros virus respiratorios (como el COVID-19, el rinovirus y el VSR) al mismo tiempo.

“Si una persona vacunada contra la influenza contrae este virus, es probable que presente síntomas menos graves que alguien que no haya recibido su inmunización”, señala la Dra. Loreto Twele, infectóloga pediatra, investigadora de vacunas y directora del Centro de Investigación del Hospital Puerto Montt.

No vacunarse puede suponer un riesgo para algunos grupos de población, como los niños o las personas con un sistema inmunitario más débil, agrega la especialista.

La vacuna contra la influenza y otras medidas

Por supuesto, la vigilancia para proteger a su familia de la influenza comienza con medidas sencillas y de sentido común. “Lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto cercano con personas que tengan síntomas similares a los de la influenza, siguen siendo las medidas básicas para cuidar la salud durante todo el año”, indica la Dra. Milagro Sosa, directora Médica de Abbott.

En Chile, el Ministerio de Salud (Minsal) dio inicio a su campaña gratuita de vacunación contra la influenza dirigida a población de riesgo. Este año se incluye a niños y niñas entre los 6 meses hasta que cursen quinto básico, embarazadas, mayores de 60 años, enfermos crónicos (entre los 11 y los 64 años), trabajadores de la educación, de la salud, avícolas, entre otros. Como novedad, este año se estableció la vacunación a familias de bebés inmunodeprimidos menores de 6 meses de edad.

“Aunque ninguna vacuna es 100% eficaz, la vacuna contra la influenza puede ayudar a reducir las probabilidades de que su hijo enferme gravemente por este virus”, indica la Dra. Loreto Twele.

¿Qué hacer si mi hijo contrae influenza?

La Dra. Milagro Sosa, directora Médica de Abbott, compartió algunas de las medidas más importantes que deben tomar los padres si creen que su hijo ha contraído influenza. Lo ideal es que estas medidas se tomen en las primeras 48 horas.

“Si su hijo contrae la influenza, es fácil que contagie el virus a sus compañeros de juego o a los miembros de su familia. Esto puede ser especialmente peligroso para las personas con alto riesgo de complicaciones, como los bebés, las embarazadas y las personas con enfermedades crónicas”, advierte la especialista.

Mantenga a su hijo en casa, anime a los niños mayores a toser y estornudar en un pañuelo y vigile que todos los miembros de la familia se laven las manos. Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca, ya que pueden ser vías de entrada de los virus. Limpie las encimeras, los pomos de las puertas y los juguetes con un desinfectante doméstico”, sugirió.

La experta indica que los tratamientos deben ser siempre recetados por un médico, por lo que recomienda consultar rápidamente si aparecen síntomas de influenza. Los tratamientos pueden ayudar a una recuperación más rápida, pero deben tomarse en las 48 horas siguientes a la aparición de los primeros síntomas.