Los participantes clasificados como jugadores patológicos demostraron mayor preferencia, en los últimos 12 meses, por las apuestas deportivas, y una mayor prevalencia en hombres, en personas de entre 18 y 45 años, en aquellas que viven en regiones del norte de Chile y que poseen enseñanza básica o media incompleta.
La Universidad de Concepción con su Facultad de Medicina y el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, y la Facultad de Ciencias Sociales, con su Departamento de Psicología, presentaron el Estudio de Prevalencia y Caracterización de la Conducta de Juego, con el que se busca conocer conductas e identificar su asociación con variables socioeconómicas, de convivencia y uso de redes sociales, bienestar psicológico y síntomas de salud mental.
¿Qué prevalencia tienen las conductas de juego patológico y cómo esos resultados se asocian con variables sociodemográficas, psicosociales y clínicas?, fue la interrogante que se planteó el mencionado estudio.
El universo estuvo conformado por todas las personas de 18 años y más, inscritas en el registro de Lotería de Concepción, alcanzando un total de 1.183.467 clientes.
Se diseñó un muestreo probabilístico estratificado con fijación proporcional, a partir de tres variables sociodemográficas: sexo (dos estratos: hombre, mujer), edad (tres estratos: 18 a 31 años; 32 a 45 años; 46 y más) y región (tres estratos: Metropolitana, Valparaíso/Bío Bío, otras); conformando un total de 18 estratos.
“La prevalencia de juego patológico fue de un 4.0% en la muestra entrevistada. De estos, un 8.0% fueron clasificados como jugadores en problemas”, afirma la Dra. Sandra Saldivia, profesora titular del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, responsable del equipo de investigación, que -entre otros- integraron además el profesor titular del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales, Dr. Félix Cova, y el Dr. Roberto Melipillán, de la Universidad del Desarrollo, encargado de la recolección de datos y del análisis estadístico.
“Otra de las conclusiones importantes de destacar es que, quienes fueron clasificados como jugadores patológicos, demostraron mayor preferencia, en los últimos 12 meses, por las apuestas deportivas en plataformas reguladas y no reguladas”, apunta la doctora Saldivia.
“También obtuvieron puntuaciones más altas quienes consumen alcohol, cannabis, cocaína y otras drogas, así como mayores síntomas de adicción a redes sociales”, añade.
Según la investigación, los principales motivos por los que los jugadores patológicos mantenían esta conducta eran “ganar dinero”, “pasarlo bien”, “evitar el aburrimiento” y “hacer algo emocionante”. Además, prefieren compartir los juegos de azar con amigos, cónyuges o parejas y compañeros de trabajo, preferentemente.
De las variables demográficas analizadas, se identifica una mayor prevalencia de jugadores patológicos de sexo masculino, respecto de las mujeres (4.8% vs 2.9%). Esta tendencia se manifestó también en jugadores en problemas y en riesgo (8.1% y 36.9% en ellos, y 7.8% y 36.2% en ellas, respectivamente).
Además, según edad, se observó una mayor prevalencia de ser jugador patológico en el grupo que tiene entre 18 y 29 años (4.8%); seguido muy de cerca por aquellos con edad entre 30 y 45 años (4.4%); porcentajes más bajos se observan en el grupo entre 46 y 59 años (3.4%) y en los mayores de 60 años (2.1%).
Cabe destacar que el mayor riesgo de ser jugador patológico se da en quienes, en paralelo, optan por las apuestas deportivas (11.9 %) y los juegos de casino y máquinas (9.4%). Un comportamiento similar se identifica en aquellos con probabilidad de ser jugadores en problemas.
“Este tipo de jugador evidenció los puntajes más bajos de satisfacción con la vida y más elevados en sintomatología ansiosa y mayor presencia de sintomatología depresiva, comparado con los restantes grupos; sintomatología que aumenta a medida que las personas cumplen con un mayor número de criterios diagnósticos de juego patológico. Asimismo, expresaron mayores sentimientos de soledad y aislamiento social, y perciben menor apoyo proveniente de la familia, amigos y otras personas significativas”, concluye la Dra. Sandra Saldivia.
Lotería de Concepción y el juego responsable
Sobre el estudio, el gerente general de Lotería de Concepción, Mario Parada, explica que “la misión que cumplimos, la definimos desde el valor de la entretención y el juego sano, buscando al mismo tiempo ser un aporte a la comunidad regional y nacional, ya que somos generadores de una importante fuente de trabajo, significativa para la economía de nuestro país.”
“Desarrollar una investigación de estas características no hace más que reafirmar el compromiso que como institución tenemos en la búsqueda de ser siempre un aporte a nuestra comunidad. Es en ese sentido que el concepto de juego responsable para Lotería de Concepción ha sido un tema central de nuestro quehacer, asumiendo un compromiso concreto que ha sido reconocido por las más importantes instituciones del mundo”, agrega.
Cabe mencionar que la Asociación Mundial de Loterías (WLA), en tan solo dos años, ha certificado a Lotería en el nivel 3, siendo la única entidad en juegos de azar de Chile que cuenta con esta valoración.
“Sabemos que para algunas personas, un grupo acotado de nuestra sociedad con un perfil psicológico determinado, esta actividad puede representar una dificultad y dar lugar a un comportamiento de juego problemático, que los puede afectar a ellos y a su entorno cercano”, dice el gerente general.
La autoridad se refiere a menores de edad, jugadores endeudados, personas de bajos recursos y clientes con problemas de juego patológico. “Nuestra responsabilidad social hacia todos nuestros grupos de interés, nos lleva al compromiso de identificar y ayudar a quienes pueden presentar estas dificultades. Por esa razón valoramos los resultados del estudio, una prueba más de que mantenemos un profundo compromiso con nuestra sociedad, tomando todos los cuidados al respecto, para proteger a nuestros jugadores y trabajadores”.
Y acota que “el Juego Responsable no es solo la protección a los grupos vulnerables y alejar de los juegos a los menores de edad, como algunas personas e instituciones afirman, sin dimensionar que es mucho más que eso. Es el diseño de juegos no adictivos, es incluir herramientas para la autoexclusión de los jugadores, es realizar investigación en salud mental, es desarrollar convenios con instituciones de salud que puedan atender al jugador problemático y patológico, es crear consciencia en las autoridades para que la ludopatía sea reconocida por el sistema de salud. Esos son nuestros objetivos principales”.
