Esperamos y estamos disponibles para aportar en procedimientos de rendición de cuentas y control desde nuestra experiencia. Es imprescindible que nos bajen del banquillo de los acusados.

Las Organizaciones no gubernamentales (ONG’s) u organizaciones de la sociedad civil (OSC’s) son entes jurídicos que tienen diferentes formas. Si bien hay algunas estatales, como las corporaciones municipales de educación y salud, o fundaciones como INTEGRA o PRODEMU, la mayoría de ellas son de carácter privado; desde algunas muy grandes y reconocidas como Fundación Teletón o Fundación Hogar de Cristo, hasta aquellas que tienen una expresión territorial como juntas de vecinos, clubes de fútbol o agrupaciones culturales.

Según el estudio Sociedad en Acción del Centro UC de Políticas Públicas, en Chile existen 234.502 organizaciones de la sociedad civil, las que resultan importantísimas en la construcción social. Son espacios que prestan servicios en ámbitos a los que no llega ni el mercado ni el Estado y que, por lo general, son iniciativas privadas lideradas por personas con un profundo compromiso social.

La mayoría de estas organizaciones vive el día a día marcado por la búsqueda de financiamiento para cumplir su objeto, lo que se ha convertido casi en un calvario después que estallara el “caso convenios”. En los últimos meses, las ONG´s y OSC´s se encuentran en el banquillo de los acusados, aun cuando realizan una labor encomiable que resulta ser un tremendo aporte a la sociedad.

Si eres una OSC y tienes la forma de “fundación”, el camino se hace hoy más difícil. No sólo ha aumentado la desconfianza de la ciudadanía, sino que también de los líderes políticos, quienes han establecido nuevas condicionantes para el acceso a recursos. Por un lado, el 2024 las fundaciones y corporaciones no podrán postular a fondos de los gobiernos regionales, por otro no hay claridad sobre cómo se ejecutará el presupuesto del 8% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional para proyectos sociales y comunitarios.

El caso de Democracia Viva y otros de la misma calaña han hecho un tremendo daño al sector compuesto por las OSC. Cabe preguntarse, ¿por qué se castiga a un enorme conjunto de instituciones que han venido haciendo el bien a la sociedad en forma desinteresada, honesta y de manera eficiente? ¿Por qué se generaliza el que todas las fundaciones son corruptas y que, a pesar de tener una larga trayectoria, repentinamente ya no son confiables? ¿Es que la desfachatez de unos pocos tiene que afectar a todos los que se apegan a las normas y trabajan honestamente?

En Fundación TACAL estamos convencidos que definitivamente esto NO es así. Existen mecanismos simples de control y minimización de riesgos que reducirían significativamente las posibilidades de defraudar al fisco, tales como entregar los recursos de manera fraccionada, exigir cuentas bancarias de uso exclusivo de cada proyecto con rendiciones mensuales y garantías, trayectoria y acceso a recursos según experiencia y tamaño.

En nuestro caso, el trabajo que iniciamos hace 38 años para capacitar e insertar a personas con discapacidad en el mundo laboral de acuerdo con sus competencias ha permitido que más de 2.700 personas accedan a un empleo estable. Cada día se requiere más de nuestro trabajo, no solo por y para las personas con discapacidad, sino también para las empresas que deben cumplir con la ley N°21.015.

Esperamos y estamos disponibles para aportar en procedimientos de rendición de cuentas y control desde nuestra experiencia. Es imprescindible que nos bajen del banquillo de los acusados.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile