Con la finalidad de poder concientizar, visibilizar y sociabilizar la celiaquía es que el día 5 de mayo se conmemora el Día internacional de la Enfermedad Celiaca.

Muchos hemos escuchado hablar de la enfermedad celiaca o de la intolerancia al gluten. ¿Pero sabemos realmente en que consiste? Es una patología crónica, que generalmente se da en personas con cierta predisposición genética, que desencadenan una respuesta del sistema inmune tras la ingesta de una proteína presente en el trigo, centeno, cebada y avena llamada gluten.

Esta respuesta genera daños a nivel del intestino delgado provocando inflamación de la mucosa y atrofia de las vellosidades ahí presente, afectando la absorción de algunos nutrientes como proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Esto repercute en el estado de salud general de la persona, provocando fatiga, anemia y pérdida involuntaria de peso.

Por otro lado, la calidad de vida de las personas se afecta por otros síntomas como diarrea, hinchazón y flatulencia. La única forma de sobrellevarla es teniendo una adecuada adherencia al tratamiento el cual incluye una alimentación libre de gluten.

Para evitar estados carenciales y mayores complicaciones en la salud, es importante tener un diagnóstico oportuno y certero. En la actualidad se considera una enfermedad relativamente poco conocida y con aparente baja prevalencia, lo que estaría relacionado a un bajo diagnóstico.

En nuestro país, según antecedentes reportados por la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, la prevalencia es de un 0,76%, lo que se traduce en un problema de salud pública para el cual se deben establecer medidas específicas y desarrollo de políticas públicas que aseguren normativas que regulen la producción de alimentos sin gluten.

Para poder diagnosticar la enfermedad celiaca, es necesario comenzar con un examen de sangre que permita determinar la presencia de anticuerpos específicos y luego una endoscopia con biopsia del intestino delgado para determinar el daño inflamatorio. Es importante tener en cuenta que sin biopsia intestinal positiva no es posible diagnosticar la enfermedad.

El único tratamiento para esta enfermedad es la Dieta Libre de Gluten (DLG) de por vida, ya que es la única forma en la que los síntomas desaparecen y se puede recuperar la mucosidad y vellosidades intestinales.

Hasta hace unos años atrás era prácticamente impensado consumir una dieta libre de gluten, ya que al estar presente en el trigo limitaba muchísimo la ingesta alimentaria. Hoy en día, la innovación alimentaria y la aparición de nuevos alimentos han sido los mejores aliados de las personas con esta condición pudiendo así consumir alimentos derivados de harina de arroz y maíz además de equilibrar su alimentación con frutas, verduras, legumbres, carnes, pescados y huevos.

Es muy importante también asegurar la inocuidad alimentaria; es decir, asegurarse de no contaminar los alimentos con gluten presente en otros alimentos, por lo que es preferible elegir alimentos que estén certificados como libres de gluten. Junto a esto saber leer el etiquetado nutricional es clave para asegurar una DLG.

Otra consideración importante es que para la fabricación de algunos medicamentos se utilizan excipientes derivados del almidón, por lo que es importante asegurarse de que el medicamento sea libre de gluten. Para esto, pueden ingresar a la página de la Fundación de Intolerancia al Gluten donde encontrarán un listado tanto de alimentos como medicamentos certificados libres de gluten la cual es actualizada de manera periódica.

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