Hace unos años trabajando para compañías, conocí los cambios culturales que las empresas desean empujar para la inclusión y diversidad de sus equipos. Pero ¿Cuánto realmente se está haciendo para incluir a todas las personas que lo requieren? Surge la duda porque en discapacidades psíquicas, que pueden darse en casos como el trastorno bipolar, y también la esquizofrenia, no aparecen muchas oportunidades de integración. Es importante instruir sobre estas enfermedades, con el fin de que las organizaciones aborden la inclusión de cuadros de salud mental en sus dotaciones.

Cabe señalar que la Ley 21.015 de Inclusión Laboral de Personas con Discapacidad (PcD) establece que todas las empresas y organizaciones públicas con 100 o más trabajadores(as) deben consignar 1% de PcD contratadas. De todas formas, en el caso de abrir cupos lo esperable es que estos vayan en concordancia con los intereses de los postulantes. Y ojo: no se trata de brindar un puesto de trabajo solo por cumplir; la motivación es clave en la estabilidad psicológica de cualquier ser humano(a). Para lograr una implementación adecuada de inclusión para la diversidad psíquica, Fundación SomosTAB psicoeduca a los pacientes, a sus familias y también al ámbito organizacional. El propósito es abrir oportunidades, generar nuevas conversaciones y asesorías para preparar al mundo del trabajo en la comprensión e inclusión de personas que pueden ser muy innovadoras, resilientes y empáticas.

Sin embargo, los pacientes que viven con estas condiciones temen ser discriminados si lo cuentan, o bien si alguien se entera, dada la desinformación y falsas creencias sobre salud mental.

En julio de este año, con Fundación SomosTAB presentamos a la compañía Komatsu Chile la charla “Concientizar sobre el trastorno bipolar y su inclusión laboral”. Mostramos datos de una encuesta que realizamos vía Google Forms con un universo de 146 personas con bipolaridad, donde un 65% de encuestados/as aseguró ver afectados sus ingresos por esta condición. El objetivo era tener un acercamiento a sus necesidades en el mundo laboral ¿Qué pedían para trabajar?

Mayormente, comprensión, buen clima, confidencialidad de recursos humanos y psicoeducación a jefaturas. Este último concepto no solo se refiere a dar información biológica de la enfermedad, sino a cómo el entorno es agente importante para la recuperación y la estabilidad de la persona.

Además, los consultados dieron ideas tales como horarios flexibles, canal de comunicación directo en casos de crisis, facilidad para las citas médicas, luz natural, respeto, privacidad, entre otros factores que incluso son beneficiosos para cualquier trabajador(a).

Un dato relevante de esta encuesta exploratoria es que un 90% afirmó estar en tratamiento, lo que demuestra el deseo de ser parte de los espacios sociales, sobrellevando episodios anímicos que van de moderados a severos (los que pueden atenuarse notablemente con tratamiento e inclusión).

Entonces, ¿Cómo colaborar en el desafío de una inclusión laboral aún más diversa? Eliminar la barrera de prejuicios e instruirse sobre estas condiciones de salud mental ya es un paso, por ello la invitación es a las empresas y organizaciones a capacitarse, integrando a personas que han cruzado largos procesos de recuperación, sin perder el deseo de surgir y poner en práctica sus talentos.

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