Muchas y muchos hemos decidido mirar el futuro con esperanza. Cuáles son las tres máximas que se debieran considerar para lograr el apruebo.

La primera es que la nueva constitución solo establece las “nuevas reglas del juego”, que, si bien permiten superar la actual Constitución, que mantiene a pesar de las modificaciones realizadas, una matriz conservadora, neoliberal y autoritaria, ella por si sola no resuelve la crisis múltiple que arrastra el país.

Sabemos que los grandes problemas que aquejan a Chile no se resuelven solo ni principalmente por la vía Constitucional. Esta solo abre la posibilidad de hacerlo: pero ello solo será viable posteriormente con grandes y verdaderos pactos sociales que permitan actuar sobre la realidad social, económica y cultural, con los alineamientos políticos existentes, actuar en la realidad realmente existente, y enfrentar así la fractura social que arrastramos y sus dificultades inmensas: que resuelva problemas urgentes de la gente como la seguridad, la inflación y llegar a fin de mes o tener una pensión digna. Propiciar y vertebrar ese pacto social es quizás el principal desafío del gobierno del Presidente Gabriel Boric. Bien, brillantemente bien, su reciente Cuenta Publica, para encaminarse en esa dirección. La Constitución es solo el punto de partida para aquello: si fuera rechazada no habría un punto de partida para ese proceso tan necesario.

La segunda es que la aprobación de una nueva Constitución en el plebiscito, como ya se ha dicho, es solo el inicio de un camino que tendrá múltiples fases, donde se ira concretando en muchos cuerpos legales, será regulada en leyes concretas, se podrá mejorar y perfeccionar, así como si es necesario se podrán hacer reformas constitucionales, ya que esta Constitución a diferencia de la anterior no tendrá cerrojos insalvables.

Será natural posteriormente una sana revisión democrática del sentido y alcance de sus normas y nuevas instituciones. Tenemos que destacar, eso si, la idea matriz de esta Constitución, que es un Estado Social y Democrático de Derecho , es decir , un estado que es garante de determinados derechos sociales para todas y todos , concretando asi finalmente y muy tarde para el desarrollo ya logrado , un verdadero Estado de Bienestar.

La tercera es La Unidad en la Diversidad. Será tan indispensable lograr la Unidad y coordinación de todos los actores del apruebo, como que se expresen también todas las maneras de decir apruebo. Aquí la experiencia del triunfo del NO el año 88 es aleccionadora y sabia. Eso tenemos que repetirlo ahora para iniciar una nueva transición , esta vez una transición hacia un modelo de desarrollo más justo , inclusivo y sustentable.

La mas amplia y activa unidad por el apruebo, pero donde se expresan todos los diversos rostros y diferentes miradas que están por el apruebo: los convencidos en un 100%, los convencidos, pero que consideran se deben corregir y mejorar muchas cosas, los que quieren “aprobar para reformar”, hasta los “amarillos” que se pueden sentir conformes con ciertos logros en la versión final del texto como para dar su apruebo. El FA, el PC, el Socialismo Democrático, la Democracia Cristiana y porque no, personas de derecha que consideren necesario este nuevo comienzo. Mas múltiples expresiones sociales y de la sociedad civil que tendrán sus propias razones.

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