La instalación del Gobierno del presidente Gabriel Boric ha debido enfrentar numerosos y complejos desafíos, muchos de ellos de inesperada relevancia y complejidad. Las grandes reformas que inspiraron su promesa y animaron a sus votantes, han debido postergarse a la espera del momento propicio, en medio la preocupación y el ejercicio de la paciencia.

Que el país cuente con un Canal Televisivo Público valioso, fuerte y moderno, es decir, que Televisión Nacional de Chile (TVN) cumpla al fin el rol que no ha desarrollado por décadas, es uno de los anhelos que la ciudadanía (el pueblo) incluyó entre sus demandas al momento de elegir a Gabriel Boric como su primer mandatario.

Pero TVN sigue aún a la deriva. A pesar del nuevo Gobierno. Y las señales que se perciben respecto de la empresa pública televisiva, son hasta hoy poco auspiciosas.

La pantalla del “canal de todos” siguen ofreciendo una programación que no se diferencia de los canales televisivos comerciales; sus espacios de conversación e información continúan monopolizados por voces de la elite y sin presencia amplia de la ciudadanía, tanto cultural, como étnica, social y políticamente hablando; el entretenimiento ocupa la mayoría de su programación y los programas de ficción foránea (telenovelas y series de menor costo y fácil rating) sigue desplazando e impidiendo la otrora poderosa producción de ficción nacional.

Nombrada por el Gobierno como nueva presidenta del Directorio de TVN, la periodista Andrea Fresard, quien fue parte del Comité de Defensa de la TV Pública (CDT), dicho directorio sorprendió al nombrar finalmente como director ejecutivo del canal a Alfredo Ramírez Leigh, quien ha cumplido labores en TVN desde 2019, es decir, durante el gobierno de Sebastián Piñera, y que previamente ejecutó roles directivos en la señal de Andrónico Lucksic, Canal 13.

Por cierto está todo por verse respecto de la labor que inicia Ramírez, pero cuesta entender por qué la nueva etapa que inicia TVN, cuya responsabilidad administrativa-política recae en la ya destacada ministra Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo, esté tan lejos de anunciar una renovación amplia y poderosa, a la altura de los tiempos.

Más cuesta comprender cómo el gobierno del presidente Boric no ha focalizado parte de sus esfuerzos de profundización de la democracia acogiendo, relevando, re-energizando el Canal Público de todos, que agoniza hace décadas, siendo reflejo y causa de la crisis política-social que esta administración ha declarado combatir con más y más democracia, donde el derecho a la comunicación es un piso irrenunciable de su proyecto político, que muchos abrazamos con convicción.

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