"Cuando el Banco Central no era autónomo, la inflación promedio anual fue de 48% entre 1925 y 1989. Los menores de 35 años estamos acostumbrados a una inflación anual del 3%. Es decir, antes de la autonomía la inflación era 16 veces más alta", escriben Elisa Cabezón y Natalia Valdés, miembros de la plataforma ciudadana Banco Central Autónomo.

El impacto positivo que ha tenido nuestro Banco Central desde que adquirió su autonomía en 1989 ha sido enorme.

Pero es un efecto al que los chilenos, especialmente los jóvenes, estamos acostumbrados y por lo mismo a veces nos olvidamos.

Partamos con una pregunta básica: ¿Qué es el Banco Central?

Es una institución del Estado creada en 1925 como el único organismo del país con la facultad de emitir el dinero que nosotros usamos día a día para realizar las compras y ventas en nuestra economía.

¿Qué significa que el Banco Central sea autónomo? Que el organismo es independiente del Gobierno de turno y tiene prohibido la emisión de dinero para financiar cualquier gasto público.

¿Por qué la autonomía del Banco Central nos beneficia? Al permitir que los políticos de turno puedan financiar sus propuestas a través de la emisión de billetes, provoca un acelerado aumento en los precios, lo que se conoce como inflación.

Es decir, cada día los sueldos pierden poder adquisitivo, se pueden comprar menos cosas con el mismo sueldo.

Al permitir que la Banco Central se use para financiar los programas de gobierno, en la práctica la inflación actúa como un impuesto invisible que transfiere recursos desde las personas hacia el Estado.

Las promesas políticas se financiarían empobreciendo a los chilenos a través de la emisión de billetes.

Cuando el Banco Central no era autónomo, la inflación promedio anual fue de 48% entre 1925 y 1989.

Los menores de 35 años estamos acostumbrados a una inflación anual del 3%.

Es decir, antes de la autonomía la inflación era 16 veces más alta.

Con la implementación del Banco Central Autónomo en 1989 mediante la dictación de la ley Orgánica Constitucional 18.840 se puso fin a que los políticos financien sus proyectos quitándole poder adquisitivo a los chilenos a través del impuesto inflacionario.

Defendamos la autonomía del Banco Central en la nueva Constitución

¿Cómo? Manteniendo que la institución no esté influida directamente por los actores políticos, es decir, aislando las decisiones de emisión monetaria de las presiones cortoplacistas del ciclo electoral, sin letra chica.

Hay algunas propuestas que hablan de permitir la acusación constitucional de los consejeros del Banco Central por parte de los políticos.

Eso va en la dirección opuesta a proteger a la institución de las presiones políticas, poniendo en riesgo el valor adquisitivo de nuestros sueldos.

Otros han propuesto que el Banco Central se encargue no solo de controlar la inflación, sino que también de propender el desarrollo económico.

Si bien esto en principio puede hacer sentido, en la práctica atenta contra su autonomía, pues abre la puerta a que se vuelva a financiar programas públicos con emisión de dinero, y nuestra historia ya nos enseñó el mal efecto que trae esto sobre la inflación.

No solo los elementos desarrollistas deben estar alojados en la política fiscal, sino que además no hay mayor aporte que le pueda hacer el Banco Central al desarrollo de nuestro país que prevenir la inflación y otorgar estabilidad de precios.

Nuestra propuesta como plataforma ciudadana, iniciativa N° 5.930, defiende la autonomía protegiendo la letra chica de modificaciones que amenazan su verdadera autonomía, como las nombradas arriba.

Además, nuestra propuesta moderniza la institución al introducir paridad de género en sus consejeros y dando un espacio concreto a la mujer en su dirección.

Además, buscamos que el Banco Central tenga en sus consideraciones los efectos de su actuar en el cambio climático y en empleo de nuestro país.

Sin embargo, estas consideraciones no se le imponen como objetivos principales, sino como elementos a considerar en la toma de decisiones, manteniendo siempre como objetivo principal controlar la inflación.

Protejamos el Banco Central ante posibles riesgos de usar la emisión de la moneda para financiar el gasto público. Protejamos la autonomía de nuestro Banco Central y la estabilidad de nuestra economía. Firma por la iniciativa N°5.930.

Elisa Cabezón y Natalia Valdés, miembros de la plataforma ciudadana Banco Central Autónomo.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile