Cada celebración ha sido una oportunidad de observar el fortalecimiento de nuestra relación bilateral y constatar que nuestra amistad contribuye de manera positiva a los objetivos que buscamos como nación.

El 7 de septiembre de 1822, Brasil empezó a construir su camino como nación soberana. Hoy, 203 años después, celebramos esa fecha con mucho orgullo de lo que hemos alcanzado y conscientes de la necesidad de seguir trabajando para defender nuestra democracia, reducir las desigualdades y aumentar las oportunidades para todas las brasileñas y brasileños.

Como embajador de Brasil, tendré el privilegio de celebrar por quinta vez la Independencia de Brasil acá en Chile, un país amigo con el que compartimos tantos valores, desafíos y esperanzas. Cada celebración ha sido una oportunidad de observar el fortalecimiento de nuestra relación bilateral y constatar que nuestra amistad contribuye de manera positiva a los objetivos que buscamos como nación.

En los últimos años, las relaciones entre Brasil y Chile han avanzado en múltiples áreas, impulsadas por la intensificación del diálogo político en alto nivel, por el trabajo técnico de los funcionarios de ambos gobiernos y, sobre todo, por el dinamismo y la vitalidad de nuestros sectores privados y nuestras sociedades.

En abril de este año, tuvimos el honor de recibir la visita de Estado del presidente Boric a Brasilia, poco después de la visita del presidente Lula a Santiago en agosto de 2024. Esos encuentros han resultado en la firma de más de 30 acuerdos y entendimientos en áreas como comercio, cultura, innovación, seguridad pública y defensa.

Además de los encuentros bilaterales, nuestros presidentes han tenido la oportunidad de coordinarse en diversos foros internacionales, en los que han actuado juntos en defensa del multilateralismo, de la democracia, de los derechos humanos y de un comercio internacional basado en reglas. En noviembre, deberán encontrarse nuevamente en Belém, durante la COP30, para unir esfuerzos junto a toda la comunidad internacional en busca de soluciones al desafío global del cambio climático.

Con relación a los lazos económicos bilaterales, destaco algunos resultados relevantes alcanzados recientemente. En el área comercial, Chile abrió su mercado para la palta hass brasileña y reconoció al Estado de Paraná como libre de fiebre aftosa sin vacunación, mientras que Brasil abrió sus puertas a la miel chilena y a las flores de peonía.

En cuanto a inversiones, Brasil fue en 2024 el sexto país del mundo y el primero de América Latina con más proyectos en cartera en Chile, al tiempo que sigue siendo el principal destino de la inversión chilena en el exterior.

Respecto al turismo, Chile es hoy el segundo mayor emisor de visitantes a Brasil, mientras que los brasileños ocupan la misma posición en Chile. Entre enero y julio del 2025, casi 500 mil chilenos ya habían visitado a Brasil, lo que ya casi supera las cifras del año pasado.

La cooperación cultural ha sido igualmente intensa. La Embajada, por medio de su sector cultural y del Instituto Guimarães Rosa, ha apoyado una serie de actividades artísticas y culturales y la difusión de la lengua portuguesa en Chile.

Muchas de esas actividades han sido realizadas en colaboración con instituciones locales, como el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el Museo Artequin, la Fundación Teatro a Mil y la Orquesta Latinoamericana de Chile. Hemos buscado descentralizar nuestras acciones, llevándolas a localidades más allá del centro de Santiago, con el fin de promover la inclusión y el diálogo más amplio con la sociedad.

La ciencia, la tecnología y la innovación son otro eje central de nuestra relación. Destaco la firma, en abril, de un acuerdo sobre inteligencia artificial, que busca el desarrollo conjunto de un modelo regional de IA. Creemos que todavía podemos desarrollar más nuestra cooperación tecnológica, especialmente en el área de energías renovables y de la minería sostenible, con miras a la transición hacia una economía baja en carbono.

La cooperación en seguridad y defensa también ha avanzado. La firma del Acuerdo de Cooperación en Seguridad Pública, también en abril, representa un hito en nuestros esfuerzos conjuntos en contra el crimen organizado.

Asimismo, reforzamos los vínculos entre nuestros centros de entrenamiento en operaciones de paz de la ONU y entre instituciones académicas de defensa, con nuevas oportunidades de intercambio y cooperación.

Finalmente, al celebrar los 203 años de la Independencia de Brasil, me complace destacar el reciente regreso de la Embajada de Brasil al Complejo Errázuriz, en el centro de Santiago. Retornar a ese edificio histórico es un símbolo de nuestra voluntad de seguir construyendo, sobre la base sólida de nuestra relación con Chile, un futuro compartido de paz y desarrollo para nuestras sociedades.